La exposición repetida a olas de calor no solo aumenta la mortalidad a corto plazo, también acelera el envejecimiento biológico. Un nuevo estudio advierte de que sus efectos pueden acumularse y acompañarnos toda la vida, y los más afectados son los trabajadores manuales, las personas que viven en zonas rurales y quienes no disponen de aire acondicionado en sus hogares.
La velocidad de propagación de los fuegos forestales en zonas de la Península aumenta debido a los efectos del cambio climático. El incremento de las temperaturas, la reducción de la humedad relativa, además de otros factores como el crecimiento de la vegetación, elevan el riesgo de que estos fenómenos sean más virulentos durante el verano en regiones del noroeste como Galicia, León y Portugal.
Datos de la Agencia Estatal de Meteorología muestran que las olas de calor en el país duran cada vez más días y son más frecuentes. En lo que va de siglo, ya ha habido más del doble de estos fenómenos que entre 1975 y 1999.
Una investigación alerta de que estas grandes superficies vegetales están dejando de almacenar CO2. Las causas del declive varían entre la intensificación de la tala, el aumento de los incendios y los efectos directos del cambio climático.
Millones de personas no pueden permitirse la calefacción en invierno. Lejos de aliviar esta situación, el calentamiento global la agrava también en el periodo estival, cuando el acceso al aire acondicionado se vuelve vital frente a olas de calor cada vez más intensas y frecuentes, con un impacto creciente sobre los hogares más vulnerables.
Las altas temperaturas oceánicas provocan mortalidad masiva de especies, alteran hábitats marinos y afectan a la pesca y la acuicultura. Un nuevo análisis global alerta de que estos fenómenos extremos podrían presagiar un punto de inflexión en el sistema climático.
La institución ha advertido que las consecuencias del cambio climático a nivel global son graves y de gran alcance. Su opinión consultiva tiene peso político y jurídico que puede servir de base para futuras demandas, sanciones climáticas y exigencias de financiación.
Un estudio de la Universitat Rovira i Virgili revela que solo el 2 % de los tuits de destinos turísticos tratan el calentamiento global. La mayoría habla de mitigación o adaptación, pero se omiten causas e impactos reales, lo que dificulta la sensibilización de residentes y turistas.
Un estudio internacional señala que los planes urbanos frente al aumento de las temperaturas son insuficientes y no contemplan las necesidades de la población de edad más avanzada. En Madrid, un 89 % de los encuestados de este grupo vulnerable al calor afirmó que el cambio climático afecta a su vida diaria, especialmente las mujeres.
Ni el hielo más remoto del planeta escapa a esta amenaza invisible. Genes de resistencia a los antibióticos se encuentran en excrementos de aves migratorias, casquetes polares en retroceso y sedimentos del océano austral. Su dispersión no conoce fronteras y avanza por la contaminación humana y el cambio climático.