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En busca del tratamiento más efectivo contra los efectos de la menopausia

Durante la menopausia, la carencia de estrógenos aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. La investigadora de la UPV/EHU Ainhoa Ruiz del Agua estudia en su tesis doctoral los efectos de los tratamientos sustitutivos y los factores genéticos que influyen en la respuesta a esas terapias.

La autora de la tesis, Ainhoa Ruiz del Agua. Foto: Basque Research.

La menopausia es un período natural en el envejecimiento de la mujer. En él, debido al cese de la función ovárica, el cuerpo deja poco a poco de producir óvulos y hormonas sexuales femeninas (entre ellas estrógenos y progesterona), que son las encargadas de regular el ciclo menstrual.

La carencia de estrógenos hace que aumente el riesgo de enfermedades de gran importancia con respecto a la premenopausia, entre ellas la osteoporosis y las enfermedades relacionadas con el sistema cardiovascular. Entre estas últimas, destaca la aterosclerosis, una enfermedad que se caracteriza por la presencia de placas cargadas de lípidos (grasas) en las paredes de las arterias, lo cual reduce el flujo sanguíneo y causa hipertensión. Si estas placas se rompen, el resultado es una trombosis que puede bloquear la arteria, ocasionando, entre otras cosas, infarto de miocardio.

Para contrarrestar el descenso natural de estrógenos y así prevenir los problemas asociados a él, durante la menopausia se prescriben terapias hormonales sustitutivas, por vía oral o subcutánea (a modo de parches), así como tratamientos basados en sustancias que modulan el receptor de estrógenos, entre ellas el raloxifeno.

Sin embargo, los efectos de estas terapias son controvertidos, ya que no existen conclusiones definitivas sobre su utilidad: las investigaciones realizadas hasta el momento demuestran su eficacia en la prevención de la osteoporosis, pero no han aclarado si son capaces de reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Además, la respuesta de distintas mujeres a un mismo tratamiento puede variar en función de factores ambientales, poblacionales, dietéticos y, por supuesto, en función de la carga genética.

A estas cuestiones viene a responder la tesis doctoral que Ainhoa Ruiz del Agua ha presentado en la UPV/EHU: Biomarcadores de estrés oxidativo durante la postmenopausia: efecto de tratamientos sustitutivos. Ruiz del Agua es licenciada en Bioquímica y actualmente trabaja como investigadora contratada en el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina y Odontología de la UPV/EHU. Su trabajo ha sido dirigido por los profesores María Begoña Ruiz Larrea y José Ignacio Ruiz Sanz.

Tratamientos con efectos diversos

El objetivo principal de esta investigación es determinar el efecto de varios tratamientos sustitutivos, habitualmente administrados en la postmenopausia. Además, pretende definir los marcadores genéticos que condicionan la respuesta a cada uno de los tratamientos. Para ello, la doctora Ruiz del Agua ha analizado la respuesta de un grupo de mujeres de Bizkaia a dos tratamientos: por un lado, el raloxifeno y, por otro, una terapia hormonal sustitutiva que combina estradiol (un tipo de estrógeno) y progesterona (otra hormona sexual femenina).

Las conclusiones de la tesis de la doctora Ruiz del Agua apuntan a que el raloxifeno, si bien aumenta la actividad antioxidante de una enzima llamada arilesterasa, lo cual es beneficioso, ejerce un efecto neutro sobre el sistema cardiovascular ya que no modifica otros marcadores de riesgo cardiovascular, ni las características de las partículas de LDL (colesterol ‘malo’).

En cuanto a la terapia hormonal combinada, Ruiz del Agua señala dos conclusiones principales: disminuye uno de los marcadores de riesgo cardiovascular estudiados, lo cual es beneficioso, pero también reduce la actividad antioxidante del suero, lo que supone un efecto adverso sobre la función endotelial (que evita la formación de coágulos) y sobre el equilibrio necesario entre sustancias oxidantes y antioxidantes.

Factores genéticos que condicionan la respuesta al tratamiento

Por otro lado, la doctora Ruiz del Agua asegura que la respuesta a los tratamientos estudiados depende de la carga genética de cada paciente, siendo dicha respuesta favorable o no en función de las variables genéticas que porten las mujeres para los genes analizados.

En el caso de las terapias hormonales, las portadoras del genotipo GG (una combinación muy frecuente en el gen mpo) sufren descenso en la actividad antioxidante del suero, lo que supone, en este sentido, una respuesta desfavorable al tratamiento. En el caso del raloxifeno, solamente las mujeres que por su carga genética están desfavorecidas para la actividad antioxidante de la arilesterasa consiguen un beneficio gracias al tratamiento.
En definitiva, esta tesis presentada en la UPV/EHU indica que determinados aspectos de los tratamientos empleados en mujeres postmenopáusicas podrían ser abordados desde el análisis de los polimorfismos genéticos, lo que contribuiría al diseño de terapias más personalizadas para su aplicación en la postmenopausia.

Fuente: Basque Research
Derechos: Creative Commons
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