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Los edulcorantes alternativos crecen un 8% al año

La demanda de los edulcorantes alternativos al azúcar está creciendo a un ritmo de un 8,3 % anual, y el mercado muestra cada vez mayor interés por los de origen natural frente a los sintéticos, según refleja un estudio realizado por investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, en Alicante.

Imagen: SINC.

El coordinador del estudio, Vicente Micol, del Instituto de Biología Molecular y Celular de la UMH, ha explicado a SINC que el auge de este tipo de productos “está relacionado con la preocupación actual por el denominado síndrome metabólico y todas las enfermedades relacionadas, como la obesidad, la resistencia a la insulina, la hipertensión o la hipercolesterolemia”.

Según se describe en el nuevo trabajo, entre el 20 y el 30% de la población de los países desarrollados padece el síndrome metabólico. En las personas que lo sufren se unen varias patologías o factores de riesgo, de tal forma que tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular o diabetes, caracterizada por el aumento de glucosa en sangre. Estos pacientes deben restringir el uso de edulcorantes calóricos, como el azúcar o la miel, y sustituirlos por otros no calóricos.

Esta investigación pone de relieve el aumento en el mercado de los edulcorantes no calóricos de origen natural, en especial los de bajo índice glicémico y los alcoholes polihídricos. El índice glicémico (IG) es un valor numérico que mide la velocidad a la que se incrementan los niveles de glucosa en la sangre tras la ingesta de un alimento. Los nuevos edulcorantes de bajo índice glicémico –como la isomaltulosa, la tagatosa o la sucralosa-, ayudan a controlar esos niveles. Para obtener estos productos se utilizan biomoléculas azucaradas de origen vegetal a través de fermentaciones, por hidrólisis, o bien mediante sencillas modificaciones químicas.

Respecto a los alcoholes polihídricos, como el xilitol o el lactitol, además de ser naturales, presentan la ventaja añadida de ser “excelentes agentes anticaries”, explica Micol. En el campo de los alimentos funcionales, “y aunque todavía no se han aprobado en Europa”, añade el bioquímico, también están creciendo durante los últimos años, “con mucha fuerza”, principios edulcorantes como el esteviósido.

Los edulcorantes clásicos bajo sospecha

Según el estudio, sigue siendo muy alta la cuota de mercado de los clásicos edulcorantes sintéticos, como la sacarina, el ciclamato y el aspartamo, debido, sobre todo, a su bajo precio y a la dificultad de sustituirlos fácilmente en muchos alimentos. Aún así, “están experimentando un importante receso en su crecimiento a favor de los nuevos edulcorantes naturales, cuya seguridad para la salud no está tan cuestionada”, comenta a SINC el investigador.

Durante los últimos años, diversos ensayos clínicos en animales han relacionado los posibles efectos cancerígenos de algunos edulcorantes sintéticos. Por este motivo, la sacarina ha estado prohibida durante décadas en Canadá, así como el ciclamato en EE UU, y el aspartamo está contraindicado en algunas personas, como aquellas que padecen fenilcetonuria. Sin embargo, Micol aclara a SINC que la posible toxicidad y carcinogenicidad de los edulcorantes sintéticos “todavía no ha podido ser sólidamente demostrada después de decenas de años de investigación”.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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