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Se complica el trabajo de los CSI

Los nuevos productos con oxígeno activo eliminan totalmente los rastros de sangre

Un equipo de científicos de la Universidad de Valencia (UV) ha comprobado que los rastros de sangre en diversos tejidos se eliminan totalmente cuando se lavan con detergentes que incorporan oxígeno activo. La conclusión del estudio, publicado en el último número de la revista alemana Naturwissenschaften, señala que estos nuevos productos alteran tanto la sangre que no puede ser detectada con los reactivos que se emplean en criminalística.

Los rastros de sangre se eliminan cuando se lavan con detergentes que incorporan oxígeno activo. Foto: Daniel Iván

La intención de los autores de un crimen es no dejar pruebas que puedan relacionarlos con el delito, y a menudo limpian el escenario o lavan sus ropas para eliminar cualquier indicio que les pueda delatar. En el caso de la sangre, sin embargo, hasta ahora la policía científica lograba descubrir el rastro gracias a reactivos como el luminol, la fenoftaleina o los test de hemoglobina humana, pero los nuevos detergentes se lo están poniendo cada vez más difícil.

Un estudio realizado por científicos de la UV y publicado este mes en la revista Naturwissenschaften, ha demostrado que si se lavan tejidos manchados de sangre con productos que llevan oxígeno activo, los test de luminol, fenoftaleina y hemoglobina humana dan negativo.

“La imposibilidad de localizar estos rastros supone que evidencias muy importantes que se obtienen de la sangre, como los perfiles de ADN, se pierden”, alerta a SINC Ana Castelló, una de las autoras del estudio y profesora de Medicina Legal y Forense en la UV.

La investigadora explica que el experimento que han realizado consistió en poner varias gotas de sangre en tres tipos de tela (algodón blanco, pantalón vaquero y toalla), dejarlas secar durante tiempos distintos (un día, cinco, diez, veinte, treinta y cuarenta días), tomar las muestras y lavarlas con un producto que contiene oxígeno activo.

“En todos los casos, independientemente del tipo de tela utilizada y el tiempo transcurrido, al realizar los tres test no se detectó la presencia de sangre”, indica la investigadora. En el escenario del crimen generalmente se utilizan primero las pruebas orientativas de la fenoftaleina (se vuelve rosa fuerte en presencia de agua oxigenada y sangre u otras sustancias) y el luminol (ilumina los rastros sanguíneos en la oscuridad), pero posteriormente se realiza el test de la hemoglobina humana para confirmar la presencia de sangre.

Aunque los investigadores habían comprobado que en las muestras de un día de antigüedad los resultados ya eran negativos, consideraron conveniente estudiar rastros de hasta de 40 días porque el luminol es más efectivo sobre manchas antiguas que recientes. Pero aun así, no consiguieron resultados positivos.

Un misterio sin resolver

Los científicos todavía no han determinado la causa por la que el oxígeno activo interfiere con los métodos de detección de sangre, pero los autores plantean una hipótesis. “Los productos con oxígeno activo contienen percarbonato de sodio, que al ser disuelto en agua, libera una cantidad apreciable de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), y es posible que el efecto inhibidor se deba al ‘agotamiento’ de la hemoglobina en su intento de eliminar el peróxido”, especula Castelló.

En cualquier caso, la investigadora concluye que el lavado de tejidos con productos que contiene oxigeno activo no elimina del todo la sangre (quedan restos marrones), pero sí impide detectarla con los test actuales, “y conviene tenerlo en cuenta a la hora de utilizar estos métodos en la investigación criminalística”.

La profesora de medicina legal reconoce que esto supone un problema “serio” para la policía científica, e insiste en que si no se localiza la sangre no se puede extraer ADN de este fluido, con lo que se pierde una evidencia importante en la resolución de ciertos crímenes. Castelló, no obstante, ha adelantado a SINC que ya están trabajando en nuevos marcadores para ayudar a resolver esta situación.

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Referencia bibliográfica:

Ana Castelló, Francesc Francès, Dolores Corella y Fernando Verdú. “Active oxygen doctors the evidence”. Naturwissenschaften 96 (2):303–307, 2009.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

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