Suscríbete al boletín semanal
Recibe cada semana los contenidos más relevantes de la actualidad científica.
Licencia Creative Commons 4.0
No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.
Usuario o contraseña incorrectos
La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.
Selecciona el tuyo:
CNL
CNL
(02.02.2016 11:40)
Yo tengo una teoría. Haz algo sumamente disparatado, ilógico e inadmisible para la población, y que sea una conspiración política con consecuencias de numerosas pérdidas de vidas incluso, que la propia población se encargará de negar esa acción, porque la propia lógica humana colisiona con la aceptación de algo tan bárbaro e irracional. Léanse autoatentados, etc. ¿No dicen que Nerón quemó Roma? Resulta cuanto menos disparatado e inadmisible, algo que a la población en general le costaría admitir, es decir, que un dirigente pueda destruir su propia ciudad resulta algo que atenta contra la lógica de la convivencia, pero podría responder a lógicas ocultas o psicopatías. Es más, en una situación como tal, da igual las aportaciones y evidencias técnicas que aportes para dar soporte a la conspiración, que la gente seguirá pensando que es imposible que alguien quisiera hacer algo así. Es una especie de mecanismo lógico que nos impide socialmente aceptar tamañas barbaries, a pesar de todas las evidencias posibles. Por supuesto, para que funcione, hay que atar bien los cabos de aquellos que puedan saber algo, y con mano de hierro si alguien se va se la lengua, se le elimina, por supuesto siempre pareciendo un accidente. Seguro que funciona, y se practica incluso en los gobiernos más avanzados y democráticos del mundo.