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Las conclusiones aparecen hoy en ‘Nature’

Una proteína llamada estereocilia intensifica las distorsiones en el oído interno

Científicos franceses han demostrado que la distorsión no lineal que sucede en el caracol del oído interno se debe a la presencia de estereocilia, una proteína situada en la membrana basilar que recubre la cóclea. Esta modificación del sonido original, denominada “emisión otoacústica”, produce además enmascaramientos y resta inteligibilidad, lo cual podría parecer una desventaja para la audición. Pero el hecho es que, sin estereocilia, el ser humano adolecería de sordera precoz.

Pelillos sensibles dentro del caracol donde se ubica la estereocilia, perteneciente a uno de los ratones investigados. Foto: Instituto Pasteur, Paris.

La revista Nature publica hoy un artículo que desvela por primera vez las razones físicas de la distorsión acústica en humanos y animales.

Hasta ahora, no se había explicado la razón de esta distorsión, pero un equipo de investigadores del Instituto Pasteur de Paris, y de la Universidad de Auvergne, en Francia ha demostrado que depende de la presencia de la ‘estereocilia’, una proteína asociada al caracol del oído, que también se encuentra en los tejidos de las células sensoriales en la retina y en las neuronas olfativas. “La presencia de distorsiones es normal y su ausencia es causa sordera a largo plazo”, indica a SINC Paul Avan, uno de los autores del trabajo e investigador del Instituto Pasteur de París. La detección de emisiones otoacústicas se utiliza habitualmente en Francia en recién nacidos para detectar fallos auditivos.

En el oído interno los sonidos pasan por numerosos procesos que los amplifican, filtran, los despejan de ruidos parásitos y mejoran el contraste. Sin embargo, a estos tratamientos les acompaña, por naturaleza, una muy leve pero notable distorsión producida por la acción de las estereocilias.

Antes de perder la audición se escucha mejor

“Para comprender mejor el papel que juega esta proteína en el oído de los mamíferos, decidimos anular su función en ratones”, declara a SINC Elisabeth Verpy, también autora de la investigación. “Encontramos un resultado bastante curioso: antes de que pierdan completamente la audición, los ratones amplifican y filtran el sonido normalmente y sin embargo no distorsionan las ondas sonoras. Esto es lo que demuestra que sin estereocilias, la distorsión no tiene lugar”.

En el estudio, los ratones se sometieron a ráfagas de distintos tonos cuyos niveles de audición son medidos a partir del nivel de las descargas eléctricas que producen sus conductos nerviosos. Si el umbral encontrado es normal, la amplificación del ratón es corriente, y si el umbral de audición disminuye es porque falta la amplificación. Esto se encuentra en los ratones mutados sin la estereocilia.

Referencia bibliográfica:

Elisabeth Verpy; Dominique Weil; Michel Leibovici; Richard J. Goodyear; Ghislaine Hamard; Carine Houdon; Gaelle M. Lefèvre; Jean-Pierre Hardelin; Guy P. Richardson; Paul Avan y Christine Petit. “Stereocilin-deficient mice reveal the origin of cochlear waveform distortions”. Nature Vol. 455, No. 7214,

9 de Octubre de 2008.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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