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Las limitaciones para salir fuera de casa han dejado más tiempo para la lectura, abriendo el hueco para adentrarse en la ciencia y la literatura. En este Día del Libro 2021, desde la redacción de SINC recomendamos algunas de las obras que nos han acompañado.
“Ahora más que nunca debemos aprovechar el poder de los libros para combatir el aislamiento, reforzar los lazos entre las personas y ampliar nuestros horizontes, al mismo tiempo que estimulamos nuestras mentes y creatividad”, destaca este año la UNESCO en el Día del Libro, que como cada 23 de abril se celebra coincidiendo con el fallecimiento de Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
Entre las novedades literarias y algunas referencias clásicas, en la redacción de SINC hemos seleccionado algunos libros que nos han acompañado o captado nuestra atención.
Por Ana Hernando, redactora de innovación
Yo no soy de leer mucho ensayo, me encanta la ficción. Pero El infinito en un junco (Siruela, 2019) de Irene Vallejo engancha tanto como un buen libro de aventuras. Trata sobre el origen del libro y de todas las vicisitudes por las que ha pasado este objeto hasta convertirse en algo cotidiano que podemos tener entre las manos para disfrutar del placer de la lectura.
Los libros fueron durante siglos un bien al que solo podían acceder los privilegiados y un símbolo de poder —el que daba el acceso al conocimiento—. Hasta la invención de la imprenta, estuvieron hechos de papiros enrollados, que procedían de los juncos de las orillas del Nilo, la piel de animales, las tablillas de arcilla de Mesopotamia y de madera, metal y marfil de Europa.
El libro de la filóloga clásica y escritora aragonesa lleva ya 31 ediciones entre los más leídos y más de 60 semanas en la lista de éxitos literarios. Además, hay planes para traducirlo a 30 idiomas. Algo ciertamente curioso para un ensayo de más de 400 páginas.
Según la propia Vallejo: “Es un ensayo libre, saltimbanqui y sin ataduras académicas sobre dos pasiones íntimas: el amor por los clásicos y los libros. Con todo, lo que más me sorprende y me conmueve es que tantos lectores encuentren entre sus páginas refugio frente al desasosiego de la pandemia. ¿Quién iba a imaginar que un relato de aventuras e historia, un canto a los libros y a las palabras, podría ser un pequeño alivio en esta situación tan grave?".
Por Verónica Fuentes, redactora de salud
Desde que en marzo de 2020 el coronavirus entró en nuestras vidas, prácticamente el 100 % de mi trabajo lo he pasado escribiendo sobre la covid-19. De ahí que, una vez acabada la jornada y por pura desconexión mental, no continuara leyendo sobre el tema.
Sin embargo, os dejo dos excepciones que llegaron a mi mesita de noche. Por una lado, Pandemiah (editorial Planeta Cómic, 2020), un diario gráfico de la ilustradora Mercrominah, pseudónimo de Ana Jiménez, sobre su experiencia personal durante el confinamiento.
De una forma cruda pero humorística, sus vivencias están contadas a modo de catarsis para relativizar (o al menos intentarlo) todo lo ocurrido desde el estado de alarma.
Además he leído Coronavirus. Historias reales en primera línea de batalla (editorial Zenith, 2020), escrito por Ana Polegre, más conocida como Enfermera en apuros. Se trata de un libro gráfico que engloba las historias de sanitarios españoles que trabajaron para cuidar de las personas enfermas de covid-19 mientras vivían sus propios miedos, soledad y cansancio.
Dedicado a todas las víctimas que ha dejado el coronavirus, su objetivo es contar desde dentro cómo se vivió la pandemia. Su diseño hace más amable la conexión con estos relatos que, si bien muchas veces resultan desgarradores, no deberíamos olvidar nunca.
Por Eva Rodríguez, redactora de ciencias naturales y sociales
Reconozco que en este tiempo de pandemia no he encontrado en la lectura un refugio para evadirme de la realidad. Empecé con ganas los primeros días de confinamiento con algunos libros que tenía pendientes o a medio leer. Pero después, no sé si por el ansia de aire libre o la necesidad de dispersarme del teletrabajo (o ambas), abandoné la intención inicial. Lo que sí hice —después de la limpieza de armarios y estanterías pertinente— es un hueco en casa para publicaciones ilustradas y de fotografía de naturaleza. En una época en la que se ha vuelto difícil y poco recomendable viajar por la situación sanitaria global, es una buena escapatoria.
Uno de los libros más bonitos e interesantes que ha conseguido atraparme este año es Mito, vida y extinción. Animales invisibles de Nórdica Libros. El escritor Gabi Martínez y el arqueólogo y naturalista Jordi Serrallonga firman esta maravilla ilustrada por la artista Joana Santamans. El prólogo corre a cargo del actor Viggo Mortensen, en su papel de viajero y amante de la naturaleza.
Por sus páginas, entre la extinción y la vida, animales reales y mitológicos nos hacen soñar con un mundo que explorar y conocer. Arranca con seres vivos que ya no existen, como el mamut, el temible megalodón o el Hobbit (Homo florensis), pero que nos inspiran y nos hacen presagiar lo que pasará si no cuidamos de aquellas especies que están a punto de desaparecer.
Las ilustraciones de animales en peligro, con nombres tan sugerentes como el Picozapato (Balaeniceps rex) —un ave de gran tamaño en vías de extinción–, el delfín rosado (Inia geoffrensis) —el más grande de los delfines de río— o el “unicornio africano”, el Okapi (Okapia johnstoni), llenan de color las páginas de esta publicación y a la vez hacen que reflexionemos sobre cómo es posible que estemos a punto destruir algo tan bello.
El libro también reserva espacio para otras criaturas mitológicas cuya exploración ha terminado, a veces, con el hallazgo de otros seres vivos reales y desconocidos. En esta búsqueda de animales invisibles, sus autores nos animan a viajar por todo el mundo a través de cincuenta y un “referentes del mundo salvaje” que solo unos pocos privilegiados han logrado ver. Merece la pena el recorrido.
Por Adeline Marcos, redactora de ciencias naturales
Los terremotos me fascinan tanto como me aterran. El hecho de que no podamos saber cuándo ni cómo será el próximo temblor que nos sacuda aviva ese miedo en mí. Pero en realidad la Tierra está inevitablemente en constante movimiento. Solo el pasado lunes las zonas de la península ibérica y Canarias registraron 21 seísmos con magnitudes que variaban entre 1,5 y 3,1, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Aunque el número nos puede sorprender, casi ninguno de las decenas de terremotos que se producen en nuestro país cada día son perceptibles por nosotros, y sin embargo, cada uno de ellos esculpe no solo el lugar donde vivimos, sino también nuestra sociedad.
Si miramos al resto del mundo, casi cada minuto sucede uno de estos seísmos, y cada día se produce uno de magnitud mayor, capaz de tirar objetos de una estantería. Pero no todos los riesgos naturales se convierten en grandes cataclismos. Sin mebargo, cuando ocurren, de forma imprevisible y aleatoria, nos obligan a reorganizarnos, entreayudarnos, cuestionarnos y, en definitiva, sobrevivir.
Por eso me llamó tanto la atención el libro, Desastres, cómo las grandes catástrofes moldean nuestra historia (Capitán Swing) de Lucy Jones. La sismóloga estadounidense, una experta en catástrofes, recoge cronológicamente algunas de estas grandes hecatombes como erupciones o tsunamis, además de los terremotos, que han devastado ciudades y regiones enteras y han marcado la historia de los humanos, limitados por nuestra memoria, movidos por el miedo, motivados en muchas ocasiones por la fe, pero siempre sorprendidos por el azar.
Desde la erupción del monte Vesubio en Pompeya en el año 79 d.C., pasando por el terremoto de Lisboa en Portugal en 1755 que también afectó a gran parte de España, el de L’Aquila en Italia en 2009, hasta el tsunami de Japón en 2011, entre otros, la autora narra, con referencias históricas y científicas, cómo las personas se enfrentaron a estas devastaciones.
Como los sismólogos yo quedo a la espera de saber cuándo se producirá el próximo gran terremoto, quién sabe si en la falla de San Andrés, en la costa californiana, en una zona que no ha experimentado seísmos desde 1680. Esperemos que esta vez sepamos actuar mejor de manera global. Mientras tanto, la investigadora, oriunda de Los Ángeles, llama a la prevención para reducir los riesgos, gracias a científicos, ingenieros y arquitectos.
Por Enrique Sacristán, redactor de ciencia y tecnología
No es habitual que un libro sobre la primera circunnavegación de la Tierra esté liderado por mujeres, pero así ocurre en La vuelta al mundo de Magallanes-Elcano. La aventura imposible 1519-1522 (Lunwerg Editores, 2018), dirigido por la historiadora María Dolores Higueras Rodríguez, quien ha elegido a los autores “por su excelencia profesional y especialización, independientemente de su sexo”.
Ella misma escribe la primera de las cuatro secciones del volumen, dedicada a la navegación oceánica en el siglo XVI, donde explica cómo era la ciencia náutica, la difícil vida a bordo y la organización de la Carrera de Indias, incluyendo el olvidado trabajo de los ‘buzanos’, que se sumergían bajo el mar para recuperar objetos de los pecios.
Por su parte, Luisa Martín-Merás Verdejo nos cuenta cuestiones cartográficas relacionadas con aquel viaje que cambió la imagen del mundo, y María Antonia Colomar Albájar repasa las fuentes documentales de los precedentes de la expedición, su propio desarrollo y las consecuencias. En otra sección, el también historiador Salvador Bernabéu profundiza en cómo se combinaron la tragedia y el triunfo en aquella empresa humana aparentemente imposible. La vida y muerte de aquellos navegantes nos hace reflexionar en estos tiempos de pandemia y aislamiento.
En esta obra colectiva bilingüe (con textos también inglés) participa el Ministerio de Defensa, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, el CSIC y el Instituto Cervantes, muy oportuna para leer ahora que celebramos los 500 años de una gesta que abrió el paso a la globalización.
Por Sergio Guinaldo, redactor en prácticas
A mediados de marzo, justo tras los primeros días de confinamiento, en mi familia sufrimos la agonía de ver cómo la ambulancia se llevaba a uno de nuestros seres queridos, con la incertidumbre de no saber si se volvería a sentar junto a nosotros en la mesa de los domingos. En esos días encontré refugio en una de esas estanterías en las que ya nadie se fija, repleta de antiguos libros.
Casi por casualidad, cogí La forja (1941), el primero de los tres tomos que componen La forja de un rebelde; una autobiografía nobelada escrita por Arturo Barea (1897-1957) durante su exilio, en la que narra y rememora diferentes etapas de su vida, como la guerra del Rif o la Guerra civil española. Considerada por muchos como una obra maestra de la literatura española y como uno de los relatos esenciales para comprender la mayor tragedia acontecida en la historia reciente de nuestro país, la traigo aquí por otros motivos. Esta edición, en concreto, pertenece a una colección de clásicos lanzada por El Mundo en 2001.
En La forja, Barea relata desde la mirada de un niño cómo fue su infancia y adolescencia en Madrid, a comienzos del siglo XX. Gracias a su estilo, fui capaz de recrear en mi imaginación cómo eran las calles del Avapiés en aquel entonces, cómo su madre lavaba la ropa a orillas del Manzanares, las carreras en la Plaza de Oriente, el Vermut de los mayores en el Café Español, el aspecto que tendrían las praderas de San Isidro, los veranos en Méntrida, Brunete y Navalcarnero o las clases en las Escuelas Pías de San Fernando.
De algún modo, Barea me transportó a una época no muy distante ni en el tiempo ni en el espacio de la que vivió mi abuela en sus primeros años de vida, y que seguramente ella sería capaz de reconocer y recordar. Así me lo constató cuando, semanas más tarde, y ya en su casa, sana y salva, leyó el libro que tanto me había emocionado.
Por Jose Luís Zafra, redactor en prácticas
Astrofísica, física y astronomía. La premisa de El universo en tu mano (Blackie Books, 2016) es sencilla para los lectores, y todo un reto para la divulgación: explicar el universo, su origen, funcionamiento y las leyes que lo gobiernan usando únicamente la ecuación E=mc^2.
Los modelos de Galfard para explicar todas estas cuestiones son fáciles de entender para cualquier persona, y no por ello dejan de ser menos precisos: desde un cañón de pintura que explica la mecánica cuántica, hasta una playa en la plaza de Trafalgar que ilustra la enormidad del universo visible.
El autor de este libro es Christophe Galfard, doctorado en física en la Universidad de Cambridge bajo la tutela del mismísimo Stephen Hawking, y un renombrado divulgador científico.
Por Pampa García Molina, redactora jefa
Llegué a Jane Jacobs: The last interview and other conversations por culpa de (o gracias al) confinamiento y a Instagram. Cuando, por fin, el 26 de abril de 2020 los niños y niñas pudieron salir de casa después de 40 días de encierro de una dureza sin precedentes, fue el momento de buscar lugares tranquilos a los que ir. De ese modo descubrí que cerca de mi casa, situada en un barrio de aceras endemoniadamente estrechas y trazado caótico, existen grandes áreas verdes públicas y bien cuidadas en las que nunca hay nadie porque están en una zona entre urbanizaciones privadas.
Escribí sobre esto en Instagram: ¿por qué nunca habíamos ido allí antes?, ¿por qué es tan importante que existan espacios públicos y que los utilicemos? Y entonces, una amiga también periodista, Marilín Gonzalo, me recomendó leer a Jane Jacobs, divulgadora, urbanista y activista sociopolítica canadiense.
En The last interview (Melville House Publishing, 2016), una recopilación de cuatro entrevistas realizadas a lo largo de su vida (1962, 1978, 2001 y 2005), Jacobs habla de cómo las malas prácticas urbanísticas destruyen el espacio público y aíslan a la gente en islas cerradas que empobrecen la convivencia, mientras que hay maneras de crear ciudades donde vibre la participación ciudadana.
En contra de la idea generalmente asumida de que la vida en la urbe tiene un precio en salud que hay que pagar por vivir en ella, Jacobs nos habla de crear ciudades habitables y saludables en las que los coches no sean los protagonistas y en las que el espacio público fomente el intercambio cultural: “Creo que las ciudades vivas (…) propician encuentros de los que pueden salir decisiones muy fértiles e ingeniosas. Pero si la gente está aislada, fragmentada, si una clase económica está apartada de otras clases, el encuentro no se produce”.
Ahora tengo ganas de empezar Muerte y vida de las grandes ciudades (1961), editado en español por Capitán Swing en uno de los libros más influyentes en la historia de la planificación urbanística, por el que fue criticada por los expertos de la época por ser una señora militante y ama de casa. ¡Ni más ni menos!
Y esto es todo. Nos habría gustado leer más, pero no hemos tenido mucho tiempo. Esperamos poder hacerlo en 2021. No queremos terminar sin recordar lo que nos dijo la editora Laura Morrón, de Next Door Publishers, cuando aún estábamos confinadas: si vas a comprar libros, hazlo en una librería de verdad.