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Una lección del curso pandémico: la semipresencialidad no es para los adolescentes

Profesores y expertos en educación coinciden en que la socialización es imprescindible en el aprendizaje de los jóvenes. Los pediatras piden “garantizar la escolarización completa para todas las edades, evitando el modelo semipresencial, una necesidad además de educativa y social, de salud mental”. 

Grupo de estudiantes adolescentes en Pamplona. / EFE/ Jesús Diges

Los profesores lo describen como dar clase a una pared. Los alumnos no tienen ni palabras para referirse a la semipresencialidad; solo una expresión de monumental aburrimiento. Este curso, la mayor parte de adolescentes mayores de 14 años, muchos ya tocados por el confinamiento, han tenido que desarrollar una autodisciplina solo comparable a la de adultos muy motivados: pasar día sí, día no, más de seis horas recibiendo clases de física, matemáticas, química, literatura, filosofía… a través de una pantalla.

Los adolescentes han tenido que desarrollar una autodisciplina solo comparable a la de adultos muy motivados: pasar día sí, día no, más de seis horas recibiendo clases de una pantalla

Clases ni siquiera pensadas para el formato virtual, sino meras retransmisiones de una lección presencial. Añádanse fallos de cámara, de sonido, de conexión. Añádanse aún las infinitas oportunidades de entretenimiento con solo cambiar de pestaña. El resultado está más próximo al hastío y la desmotivación que a la emoción de descubrimiento idealmente asociada al aprendizaje.

“Es frustrante. Muchísimo trabajo que ves que no llega”, dice Isabel, profesora de Francés en Castellón. “Para los que iban bien, la semipresencialidad… bueno; pero los que flojeaban han caído en picado”, añade. Un colega en Madrid se pregunta: “¿Cómo les transmito el placer por la literatura si ni siquiera veo sus caras? Algunos se conectan pero apagan la cámara, y ya no sabes si te siguen o están con el Instagram”.

Socialización imprescindible

Ignacio, de Formación Profesional (Imagen y Sonido), también en Madrid, lo considera un curso perdido: “Es que la socialización es imprescindible. Nada sustituye lo que se aprende estando con otras personas”.

La socialización es imprescindible. Nada sustituye lo que se aprende estando con otras personas

Ignacio, profesor de FP

Ese es el término: socialización. Profes y psicólogos lo repiten. Los afectados, además, se enfrentan a la imagen del vago ‘ni-ni’ que no se esfuerza. Pero no es eso.

En mayo, la Comisión de Salud Pública aprobó las medidas para centros educativos para el próximo curso. El texto reconoce que “se hace necesario reforzar la presencialidad” también para los mayores de 14 años —3º y 4º de la ESO y Bachillerato y Formación Profesional, Enseñanzas Artísticas y Enseñanzas Deportivas—, “por motivos de rendimiento académico, bienestar emocional y equidad”.

En efecto, el mismo día que se publicaba ese documento, la Asociación Española de Pediatría actualizaba sus recomendaciones sobre los centros educativos en la pandemia, con declaraciones muy críticas con la educación no presencial.

Mala salud mental

Los pediatras parten del legado del confinamiento en los adolescentes: un aumento de “síntomas relacionados con trastornos psiquiátricos, principalmente depresivos, de ansiedad y de comportamientos autolesivos y trastornos de la conducta alimentaria (…), que son más graves y requieren más ingresos que antes de la pandemia”, afirma la AEP.

Los pediatras creen necesario, entre otras cuestiones, mejorar la coordinación entre la atención primaria y los servicios de salud mental

Los docentes consultados asienten con la cabeza: “Este año hemos tenido muchos más casos de ansiedad y depresión”, dice Pierrick, director de instituto en Tenerife. Lo atribuye por entero al confinamiento porque Canarias es de las pocas autonomías que ha logrado evitar por completo la semipresencialidad, a veces creando turnos nuevos.

Pero es que en muchos casos, estos trastornos “no se han detectado durante la formación no presencial ni tras la incorporación posterior, o no han sido compensados con medias psicopedagógicas adecuadas”, advierten los pediatras de la AEP. En su opinión, los centros de secundaria “deben introducir algunos cambios en el modelo pedagógico y asumir objetivos de respuesta a la situación social y no solo académicos”.

Para “preservar la salud mental en niños y adolescentes” los pediatras creen necesario, entre otras cuestiones, mejorar la coordinación entre la atención primaria y los servicios de salud mental: “Incorporar psicólogos a la atención primaria es determinante en prevención y detección temprana”. También “garantizar la escolarización completa para todas las edades, evitando el modelo semipresencial, una necesidad además de educativa y social, de salud mental”. Y “aprobar e implementar la Ley de prevención del suicidio, con apartados específicos para adolescentes”.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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