Un estudio del Instituto de Tecnología de Georgia, en Atlanta (EE. UU.) revela que la viscosidad de la lengua de las ranas es causada por una única saliva reversible en combinación con una lengua súper blanda.
La saliva de una rana es gruesa y pegajosa durante la captura de presas, luego se vuelve delgada y acuosa cuando la presa es consumida dentro de la boca.
La lengua, que es diez veces más suave que la de un humano, expande y almacena la energía durante un tiempo como una fuente.
La combinación es tan eficaz que proporciona una adhesión 50 veces mayor que los materiales creados de forma sintética.