Un equipo internacional de investigadores, liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha descubierto en el yacimiento arqueológico de Tell Qarassa (Siria) un hueso tallado en el que aparecen dos caras humanas.
Más de 1.200 kilómetros de distancia separan a seis restos de obsidiana hallados en yacimientos neolíticos de la península ibérica con su lugar de origen. Un equipo, liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha determinado que esas piezas proceden de la isla de Cerdeña, en concreto, de una de las laderas del macizo volcánico de Monte Arci.
Las poblaciones nómadas de cazadores-recolectores del norte de Europa comenzaron a domesticar cerdos de diferentes tamaños y colores hace unos 7.000 años, 500 antes de lo que se pensaba. Hasta ahora no existían evidencias de que hubieran tenido acceso a otros animales domésticos que no fueran los perros.
Un equipo de científicos, en el que participan investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, ha hallado frente a las costas de Marruecos un asentamiento humano de hace 6.500 años. El descubrimiento revela nuevos datos sobre los modos de vida en el Neolítico.
Cerca de una veintena de piezas de 5.500 años de antigüedad han sido halladas en el entorno natural de Doñana. Los restos, entre los que hay utensilios de caza como un hacha pulimentada y trozos de cerámica, explicarían que en la zona hubo actividad humana varios siglos antes de lo que se creía hasta ahora.
Proceso de excavación en el yacimiento neolítico de la Draga. Imagen: J. Casanova.
El análisis genómico de dos individuos cazadores-recolectores que vivieron hace 7.000 años revela que los habitantes de la península ibérica no proceden genéticamente de estos grupos. El trabajo, coordinado por el español Carlos Lalueza-Fox, obtiene los primeros datos genómicos de personas que vivieron en el Mesolítico europeo.
Un equipo internacional de arqueólogos liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha documentado cerca de Moscú una serie de cercos y trampas de pesca de más de 7.500 años de antigüedad. Los aparejos hallados, de los más antiguos de Europa, presentan una gran complejidad técnica. Su estudio permitirá conocer el papel de la pesca en las poblaciones europeas de inicios del Holoceno (hace 10.000 años), especialmente en aquellas zonas cuyos habitantes no practicaron la agricultura hasta casi la edad del hierro
El análisis de ADN de restos humanos de los primeros pobladores neolíticos de la Península Ibérica indica que la agricultura y la ganadería llegaron a la zona a partir de pequeños grupos de agricultores a principios del Neolítico.