Investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña han demostrado cómo las fuerzas físicas desregulan el reloj circadiano de las células, el mecanismo que controla los cambios fisiológicos cada 24 horas y donde la proteína YAP desempeña un papel clave. El hallazgo puede ayudar a entender mejor el envejecimiento y ciertos tipos de cáncer.
El laboratorio de este bioquímico en la Universidad de Washington ha desarrollado una vacuna contra la covid-19 y tiene en marcha un espray nasal que bloquea virus respiratorios. Además, está trabajando en inmunoterapia del cáncer y catálisis para la descomposición de moléculas tóxicas en el medio ambiente, entre otras aplicaciones. Todas ellas se basan en proteínas sintéticas creadas mediante inteligencia artificial de aprendizaje profundo.
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica y el Centro Nacional de Análisis Genómica han descubierto que cuando se bloquea la función de la proteína IL-17 se retrasa la aparición de rasgos relacionados con la edad en la piel. El trabajo abre nuevas perspectivas en el desarrollo de terapias para mejorar la salud cutánea.
Esta doctora en Biología Molecular está al frente de Integra Therapeutics, una empresa que ha fusionado en su plataforma FiCAT el poder de la tecnología CRISPR Cas9 y las proteínas transposasas para solucionar las limitaciones actuales de las terapias genéticas. La tecnología, que se está probando ahora en células de pacientes y modelos de ratón, podría empezar a ensayarse en humanos en 2026.
Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona han descubierto que la proteína CPEB4 es esencial para que las células inmunitarias se adapten al estrés crónico generado por la secreción de citoquinas y puedan eliminar las células cancerosas. El hallazgo se ha publicado en la revista The EMBO Journal.
Los bajos niveles de una proteína en las células de carcinoma escamoso indican que el tumor se va a propagar por otras zonas del cuerpo. El hallazgo abre nuevas vías de estudio para bloquear este proceso.
El mal funcionamiento de los agregados celulares está involucrado en el desarrollo de malformaciones congénitas y del cáncer. El descubrimiento de este mecanismo, liderado por el instituto Max Planck, en el que han participado investigadores españoles, se ha publicado en Nature.
La Fundación BBVA ha galardonado a los estadounidenses David Baker y John Jumper y al británico Demis Hassabis por el desarrollo de herramientas de IA que han permitido conocer la estructura de casi todas las proteínas documentadas, tanto de humanos como de animales, plantas e incluso bacterias, un conocimiento que sirve para acelerar el desarrollo de nuevos medicamentos y vacunas, según el jurado.
La compañía DeepMind, propiedad de Google, con su programa AlphaFold de inteligencia artificial y la colaboración del Instituto Europeo de Bioinformática, logra predecir la forma en 3D de más de 200 millones de proteínas de los organismos de la Tierra. Los resultados se ofrecen en abierto a la comunidad científica para ayudar a investigar los seres vivos y resolver problemas globales como el hambre y las enfermedades.
El número de posibles dianas terapéuticas que hay en la superficie de las proteínas humanas es mucho mayor de lo que se creía, según un estudio del Centro de Regulación Genómica de Barcelona. Los autores han logrado trazar el primer mapa de estas dianas tan difíciles de encontrar, conocidas como sitios alostéricos.