Hasta bien entrado el siglo XX, el pronóstico meteorológico tenía mucho de artesanal y poco de científico. En su mejora tuvo mucho que ver la primera predicción con números, realizada por Lewis Fry Richardson hace un siglo. La aportación del matemático británico, reforzada por el avance informático, hizo que diera un salto enorme en rapidez y precisión.
Una nave de SpaceX transporta a la Estación Espacial Internacional un instrumento para seguir y cartografiar el polvo mineral que viaja a través de la atmósfera desde las regiones áridas, lo que ayudará a comprender mejor su papel en el calentamiento y enfriamiento del planeta. El Barcelona Supercomputing Center participa en el proyecto.
El Barcelona Supercomputing Center ha desarrollado MONARCH, un avanzado modelo atmosférico de calidad del aire que contribuirá al Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea. Sus resultados ayudarán en la gestión de la contaminación atmosférica.
El año de Neptuno dura 165 años terrestres, y sus estaciones se prolongan a lo largo de cuatro décadas. En este contexto, varios telescopios han registrado una caída de las temperaturas globales del planeta entre 2003 y 2018 durante su verano austral, aunque después en el polo sur aumentaron 11 °C hasta 2020.
La Gran Mancha Roja de Júpiter tiene más de 350 km de profundidad y los ciclones polares de este gigante gaseoso apenas cambian de posición con el tiempo. Esta semana se han presentado estos y otros hallazgos de la misión Juno de la NASA.
Entre el 30 y el 99 % del agua que cubrió el planeta rojo, que tuvo ríos y mares hace millones de años, quedó incorporada a los minerales de su corteza y no se evaporó. Así lo reflejan nuevos datos y simulaciones presentadas esta semana en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria.
La sonda enviada por los Emiratos Árabes Unidos al planeta rojo se ha insertado con éxito en la órbita programada, convirtiéndose en la primera misión interplanetaria de un país árabe. Su objetivo científico es estudiar los cambios meteorológicos a lo largo de un año marciano.
Astrofísicos de la Universidad de Valencia y otros centros europeos han detectado, por primera vez en la historia, un jet o chorro azul desde el primer microsegundo de su génesis hasta su propagación por encima de las nubes. El descubrimiento, realizado desde la Estación Espacial Internacional, puede ayudar a los estudios sobre el circuito eléctrico global de la atmósfera y el calentamiento de sus capas altas.
Con ayuda de un instrumento de la estación espacial internacional y sensores terrestres, investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía han detectado por primera vez la emisión simultánea de destellos azules y pulsos de radio en nubes de tormenta. Estos raros eventos se producen por descargas eléctricas formadas por filamentos de plasma o aire ionizado que, en lugar de ser calientes como las de los rayos, son frías.
El satélite TGO de la Agencia Espacial Europea ha captado el brillo verdoso que generan los átomos de oxígeno en la atmósfera de Marte. Es la primera vez que se observa este tipo de emisión en un planeta distinto al nuestro.