La atmósfera, cada vez más sedienta por el calentamiento global, absorbe más agua en forma de vapor y ha intensificado las sequías en un 40 % incluso en zonas donde no ha disminuido la lluvia. Esta ‘demanda evaporativa’ obliga a replantear su monitoreo más allá de las precipitaciones.
Un exoplaneta gaseoso de gran tamaño ha sido detectado en órbita alrededor de una enana roja extremadamente pequeña, un hallazgo que sorprende a la comunidad científica por desafiar lo que se sabía sobre la formación de planetas. Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía han confirmado su existencia mediante observaciones desde el Observatorio de Sierra Nevada.
Observaciones del telescopio espacial han permitido a un equipo de astrónomos determinar la composición atmosférica de este exoplaneta gigante, que contiene metano, agua y monóxido de silicio. Los datos indican también que se formó en una región lejana y fría, con abundancia de hielo y metano, antes de migrar hacia su actual órbita, muy próxima a su estrella.
Un estudio publicado en Nature Astronomy destaca la dificultad de confirmar la existencia de atmósferas en exoplanetas mediante datos térmicos de banda ancha. Esta problemática toma relevancia en el marco del programa "Rocky Worlds" del Space Telescope Science Institute, que aplicará este método a numerosos exoplanetas rocosos.
¿Cómo el clima terrestre puede afectar el espacial? El pasado septiembre, el Experimento de Ondas Atmosféricas de la NASA registró enormes oleadas en la atmósfera, producidas por el huracán Helene. Esta información es clave para entender cómo estos fenómenos pueden interrumpir satélites y otras tecnologías.
Hace 50 años, las DANA, que entonces se llamaban gotas frías, ocurrían entre tres y cuatro veces al año, esencialmente en noviembre. Hoy ocurren a lo largo de todo el año. ¿Por qué?
Investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña y otros centros internacionales han hallado un eslabón perdido en los fenómenos de emisión gamma durante las tormentas eléctricas. Un avión de la NASA ha realizado las observaciones en el Caribe.
El uso que hace el artista de la escala y el brillo capta con precisión la energía en cascada y la turbulencia. Así lo destaca un estudio de un equipo de físicos de Francia y China, que ha analizado los famosos cuadros de cielos del pintor holandés.
La apenas perceptible atmósfera lunar es probablemente el resultado del impacto de meteoritos, primero grandes y luego en forma de polvo, a lo largo de miles de millones de años. Así lo revelan investigadores de EE UU tras analizar muestras recogidas por las misiones Apolo y datos del orbitador LADEE de la NASA.
Estos destellos de luz en el cielo forman parte de una familia de fenómenos como los rayos de tormenta, pero se producen en la mesosfera, a decenas de kilómetros sobre las nubes. El Instituto de Astrofísica de Andalucía encabeza el primer estudio espectroscópico de estos acontecimientos infrecuentes y breves, asociados con compuestos como hierro y níquel.