En todo el mundo, la gente valora la naturaleza de formas diferentes y profundas que van más allá del uso económico de los recursos naturales. Sin embargo, esas formas diversas en las que las personas valoran el medioambiente no se reflejan adecuadamente en la toma de decisiones políticas y económicas. Esa infravaloración de la naturaleza es la base de la crisis ambiental a la que nos enfrentamos, según un estudio coordinado por el Centro Vasco de Cambio Climático.
Un equipo de científicos, liderados por la Universidad de Bristol (Reino Unido), ha observado que el nivel de actividad de seis especies de quirópteros se redujo significativamente en los emplazamientos donde se agrupan estos paneles solares.
Las altas temperaturas y la ausencia de agua provocan una vegetación más seca y una disminución del alimento para estos animales. Las actuales condiciones climáticas reducen la reproducción y supervivencia de la especie, que se aleja del interior de las zonas urbanas.
En lo que va de año, el fuego ha arrasado miles de hectáreas en el sur de Europa y el norte de África. En España, aunque la extensión de áreas quemadas no parece ir en aumento, los expertos observan menos focos, pero más grandes e intensos, lo cual los hace más peligrosos para la vida y el entorno. Señalan que con las actuales previsiones climáticas, el período de riesgo será cada vez mayor.
El cambio climático podría ser otro factor decisivo para el crecimiento de estos organismos milenarios, según los investigadores. Está probado que si aumenta la temperatura del agua, al año siguiente, las medusas tienen más facilidad para reproducirse en la misma zona.
El seguimiento de la ecolocalización, que es el sonido que emiten animales como los cetáceos para orientarse, se puede utilizar para rastrear los movimientos de delfines de agua dulce que habitan en zonas inaccesibles de la cuenca del Amazonas. Esto es lo que ha hecho un equipo del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universidad Politécnica de Cataluña. Los resultados se han publicado en la revista Scientific Reports.
Más de 30 000 nidos de 176 especies de aves de todo el planeta contienen residuos antrópicos, según ha identificado un estudio liderado por la Universidad de Granada. El trabajo trata de analizar las causas de este fenómeno, entre las que se encuentra la posibilidad de que utilicen materiales no naturales para alardear de su capacidad reproductiva.
Un equipo de la estación experimental del Zaidín-CSIC han estudiado la evolución de las comunidades microbianas existentes en bosques mediterráneos afectados por incendios. La zona de investigación ha sido Lanjarón, en el Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada, que sufrió un gran fuego en 2005.
La biodiversidad marina del Golfo de Cádiz y del Mar de Alborán muestra un preocupante declive durante las últimas tres décadas, según revela un estudio liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid. Los resultados, publicados en la revista Sustainability, muestran cómo los esfuerzos actuales no son suficientes para frenar las presiones antropogénicas que amenazan estos valiosos ecosistemas.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona han identificado en laureles unas marcas hechas intencionadamente entre cinco y diez años antes del inicio de la construcción del poblado neolítico de Banyoles, hace 7 200 años. El hallazgo permite corroborar la presencia, en la zona, de grupos humanos que seleccionaban, marcaban y controlaban los bosques, años antes de establecerse.