El aumento de la temperatura está produciendo cambios en la distribución geográfica y en la abundancia de aves. Así lo demuestra un estudio que se ha centrado en el caso del ganso común. Los resultados revelan que su área de invernada en el sur de Europa se está desplazando hacia regiones más al norte, cerca de sus zonas de reproducción. La disponibilidad de alimentos en latitudes septentrionales, debido a la disminución de las heladas, está detrás de este cambio migratorio.
Si las emisiones de gases de efecto invernadero son demasiado elevadas en el año 2100, el nivel del mar podría aumentar entre 60 y 130 centímetros, según revela un estudio internacional en el que participa la Universidad Complutense de Madrid. El modelo, que combina métodos computacionales y estadísticos, tiene en cuenta tanto el comportamiento de las capas de hielo de Antártida y de Groenlandia, como el de los glaciares de montaña, y el de la expansión térmica del océano.
Hay lugares del mundo que ya sufren con dureza las consecuencias de los extremos cambios de temperatura producidos por el cambio climático, y tratan de adaptarse a ellos. En el seco norte de Chile, una empresa de agua apuesta por utilizar un millón de esferas de polietileno para evitar que se evapore un recurso cada vez más escaso y preciado, el oro transparente del futuro: el agua potable.
Mientras que muchas especies animales como las mariposas migran al norte, hacia ambientes más fríos, para sobrevivir al aumento de las temperaturas, las especies de abejorros de Europa y Norteamérica permanecen en el sur. Un equipo internacional de científicos demuestra por primera vez que debido al cambio climático los abejorros pierden áreas de distribución. Algunas especies están incluso al borde de la extinción.
Un abejorro común (Bombus terrestris) en Nottingham (Reino Unido). / Jeremy Kerr
Ilustración que representa los fenómenos relacionados con el trasvase de calor entre océanos. / Sang-Ki Lee
La capacidad para calentar internamente todo el cuerpo es lo que distingue a mamíferos y aves de los peces. Hasta ahora, solo algunos depredadores, como el atún, habían demostrado la capacidad de calentar ciertos músculos y órganos durante la persecución de sus presas, pero tenían que volver a la superficie para aumentar la temperatura del resto de su organismo. Un nuevo estudio revela que el pez luna real genera calor en su interior para calentar todo su cuerpo de manera continuada, lo que le permite desplazarse de manera eficaz por aguas frías y profundas.
Mark Urban, un investigador de la Universidad de Connecticut (EE UU), ha analizado 131 estudios sobre biodiversidad, y ha llegado a la conclusión de que el riesgo de extinción global a causa del cambio climático se está acelerando. Sus resultados indican que una de cada seis especies podría extinguirse a finales de este siglo si el aumento de la temperatura del planeta mantiene su trayectoria actual. Sudamérica, Australia y Nueva Zelanda serían las zonas más vulnerables.
Para la mayoría de los animales antárticos, acostumbrados a aguas que rozan la congelación, una temperatura de 10 ºC puede suponerles estrés. Salvo para el pulpo antártico Pareledone charcoti. Gracias una estrategia única, a través de una proteína de la sangre que transporta el oxígeno, es capaz de soportar temperaturas bajo cero e incluso de resistir un aumento de temperatura.
Una sequía sin precedentes que asoló Siria entre 2006 y 2010 podría haber ayudado a impulsar el levantamiento sirio de 2011, según un estudio que publica la revista PNAS. El fenómeno climático destruyó la agricultura al norte del país lo que obligó a los agricultores a habitar unas ciudades empobrecidas y mal gestionadas, que junto a otros factores, crearon el malestar que surgió en la primavera árabe.