Las categorías ‘hombres que tienen sexo con hombres’ o ‘mujeres que tienen sexo con mujeres’ se emplean en los estudios sobre salud para referirse a personas LGTBIQ+. Ambas etiquetas nacieron con el propósito de ser objetivas, pero ya no reflejan la identidad ni la fluidez sexual de este colectivo tan diverso.
Investigadoras de la Universidad Rovira i Virgili han estudiado cómo ven los chicos y chicas adolescentes a sus semejantes a partir de su imagen en redes sociales. Las etiquetas de “pija” y “choni” son frecuentes para clasificar la estética y la conducta sexual de las chicas. "Pija" es una noción neutra frente a la etiqueta despectiva de “choni”. Estos marcadores de clase establecen los límites entre las jóvenes en las redes sociales.
Los precios y las imágenes de las cajetillas influyen en las mujeres a la hora de continuar o abandonar su hábito de fumar. En el caso de las mujeres con menos nivel educativo, estas son más sensibles a las etiquetas pictóricas del tabaco. Así lo demuestra un estudio que ha analizado, por primera vez, las diferencias generacionales de las mujeres fumadoras, un colectivo que, pese a las medidas políticas, no ha dejado de aumentar.
Investigadores de la Universidad de Oviedo han analizado el ADN de merluzas enteras y en piezas que se comercializan en España, y han encontrado que las etiquetas del 38,9% de las muestras indicaban mal el nombre de la especie o su origen geográfico. El estudio sugiere que se está cometiendo un “fraude” al etiquetar merluzas africanas como europeas o americanas.
El sistema reconoce las acciones cotidianas de los usuarios mediante etiquetas de identificación por radiofrecuencia.
La carne fresca contiene aditivos dañinos para los enfermos de riñón