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Una investigación del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona, documenta el caso más antiguo de tratamiento paliativo asociado a una enfermedad bucal, como la inflamación de las encías, realizado con palillos. Esto supone un paso más para caracterizar a los neandertales como una especie con un amplio abanico de adaptaciones al medio y recursos, incluso en medicina.
La campaña de excavaciones dirigidas por Eudald Carbonell en Capellades (Barcelona) ha sacado a la luz láminas con filos cortantes que evidencian un cambio tecnológico importante en la especie neandertal.
Los neandertales sufrieron tumores en los huesos como los que padecemos en la actualidad. Así lo confirma un estudio publicado en la revista PLOS ONE, basado en el hallazgo en Croacia de una costilla de neandertal que conservaba evidencias de la displasia fibrosa más antigua hasta la fecha, una tumoración benigna que a veces se acompaña de deformaciones en los huesos.
Un estudio ha precisado la antigüedad de los restos humanos neandertales de la cueva de El Sidrón (Asturias), sobre los que mediciones anteriores proporcionaron datos poco exactos. La aplicación de un pretratamiento para reducir la contaminación por carbono moderno ha conseguido disminuir el margen de error de 40.000 a solo 3.200 años.
Los humanos primitivos ataban puntas de piedra a mangos de madera para confeccionar lanzas y cuchillos 200.000 años antes de lo que se pensaba. Según un estudio publicado en la revista Science, el ancestro común de neandertales y Homo sapiens –el Homo heidelbergensis– ya empleaba esta técnica.
Un equipo de investigadores con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha constatado que las poblaciones del norte de África muestran en sus genes la huella de hibridación con los neandertales (Homo neanderthalensis). Hasta ahora se pensaba que esta señal de mezcla entre esta especie desaparecida hace entre 30.000 y 24.000 años y el Homo Sapiens podía hallarse sólo en humanos no africanos.
La datación por series de uranio, publicada en Science, revela que las pinturas paleolíticas de la cueva cántabra de El Castillo tienen más de 40.000 años y abre el camino a la especulación sobre su autoría que podría atribuirse tanto a Homo sapiens como a Homo neanderthalensis.
El Grupo de Paleofisiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) publica en la revista Journal of Human Evolution el primer modelo matemático del crecimiento en estatura de una especie fósil.
Metatarsiano encontrado, que corresponde al dedo pulgar del pie izquierdo de un adulto neandertal. Imagen: Jesús F. Jordá Pardo.