Un estudio liderado por el CAB-CSIC-INTA y el CNB-CSIC estudia la ruta evolutiva de las chaperoninas, una de las máquinas moleculares más universales de la vida. La reconstrucción de proteínas ancestrales y su producción en el laboratorio es una herramienta muy útil para la búsqueda de nuevas funciones enzimáticas.
Un nuevo estudio de Cambridge mide la exclusividad reproductiva analizando la proporción de hermanos completos frente a medio hermanos en varias especies, lo que confirma que la monogamia es el patrón dominante en nuestra especie.
Un estudio muestra que los macacos, si son entrenados con metrónomo, pueden seguir el ritmo de la música. El hallazgo contradice la antigua hipótesis de que solo los animales con aprendizaje vocal podían moverse según un compás musical.
Un análisis 3D de más de 600 cráneos revela que la gran variedad morfológica de estos animales surgió en el Holoceno temprano, mucho antes de la cría selectiva, como resultado de la interacción con humanos, el ambiente y la dieta.
Al noroeste de Argentina, paleontólogos descubrieron uno de los más antiguos dinosaurios conocidos hasta la fecha, cuyos restos redefinen lo que se sabía sobre el ascenso de esta familia de animales en su camino hacia el dominio global.
Un estudio internacional con más de mil especies de mamíferos y aves revela que la diferencia en la esperanza de vida entre sexos está marcada por la selección sexual, el cuidado parental y la genética.
Una investigación de más de 200 000 restos arqueológicos muestra que hasta la Edad Media la envergadura de la fauna salvaje y domesticada evolucionaba de manera similar. Sin embargo, a través de la caza y la doma, acabaron provocando una disminución en el tamaño de las especies salvajes y un aumento en las domésticas.
Un trabajo publicado en Nature revela el papel clave del ilion, así como los cambios en su desarrollo y genética que hicieron posible caminar sobre dos piernas.
Herramientas de piedra halladas en Sulawesi, Indonesia, revelan que los primeros homínidos llegaron a esta isla hace más de un millón de años, mucho antes de lo que se creía. El hallazgo plantea nuevas preguntas sobre quiénes eran estos humanos y cómo lograron cruzar aguas profundas.
Nuestros ancestros comenzaron a consumir alimentos para los que aún no estaban anatómicamente preparados. El hallazgo, publicado en Science, se basa en el análisis de isótopos de carbono y oxígeno en dientes fosilizados, que reflejan un cambio de dieta previo a la adaptación física.