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Una libélula, una tortuga de las Islas Galápagos, un caballito de mar y un mono que vivió en Cataluña hace más de 11 millones de años, son algunos de los animales que figuran en el Top 10 de nuevas especies descubiertas en 2015. Un tercio de estas especies dispone de áreas de distribución muy reducidas por lo que su supervivencia está comprometida. El listado de este año pone así de manifiesto que uno de los problemas a los que se enfrenta la biodiversidad es la falta de espacio.
Bautizar científicamente a una especie recién descubierta puede dar más quebraderos de cabeza que pensar cómo se llamará un bebé. Se necesita mayor consenso, pero sobre todo, más imaginación. Algunas, como la araña Heteropoda davidbowie, disfrutan de la fama de su homenajeado. Sin embargo, en la historia de la taxonomía no solo hay reconocimientos, sino también odios y códigos secretos.
En el mundo hay cerca de dos millones de especies descritas y se calcula que faltan entre 5 y 50 millones por descubrir. Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales alertan de la importancia de apoyar la taxonomía para reducir la pérdida de biodiversidad, y afirman que está en riesgo por la falta de fondos, apoyo institucional y reemplazo generacional.
A través de los restos fósiles de Toxodon y Macrauchenia, extinguidos hace 10.000 años, un equipo científico ha leído la evolución de estos dos ungulados en sus proteínas antiguas de colágeno. El primero era un tapir y el segundo se parecía a un hipopótamo o un rinoceronte.
Un comité internacional de investigadores selecciona cada año 10 especies entre las cerca de 18.000 que se descubren. Este año ha incluido en su lista un minúsculo crustáceo en la costa de California descubierto por un científico de la Universidad de Sevilla.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN, CSIC) han descubierto que las capas microscópicas de material orgánico de las náyades o almejas de río están presentes en sus conchas al menos desde el Cretácico, hace más de 65 millones de años. El estudio aporta nuevos datos sobre la evolución de estos moluscos.
El investigador Miguel A. Alonso Zarazaga, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha descubierto un nuevo género de coleóptero en las islas Canarias, que ha denominado Moreiba. Estos escarabajos se incluyen dentro de la familia de los gorgojos, un grupo que causa numerosas plagas en los cultivos.
Una investigación con participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) ha realizado una filogenia morfológica de los tardígrados de la clase Eutardigrada que muestra que estos organismos pueden parecer más cercanos evolutivamente de lo que son.
Un estudio del CSIC sugiere la necesidad de reformular el sistema tradicional de clasificación taxonómica según parámetros físicos. El análisis del ADN de cinco especies de invertebrados ha revelado que los resultados de este método de tipificación no se correspondían con los valores reales de biodiversidad.
El mimetismo batesiano, que consiste en que ocasiones una especie inofensiva se asemeja a otra peligrosa o repugnante para evitar el ataque de los depredadores, está muy extendido entre los insectos, particularmente en los sírfidos, unas moscas que imitan a las abejas y avispas. Un estudio, en el que han participado investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha analizado el mimetismo batesiano del sírfido Aneriophora aureorufa hacia el himenóptero Bombus dahlbomii en Patagonia, una relación que hasta ahora sólo había sido sugerida en un estudio taxonómico de principios del siglo XX.