Este estudio ha identificado un nuevo gen codificador de toxinas oculto en su genoma, junto a los 10 genes de las toxinas que conforman el núcleo del veneno de esta serpiente, que causa decenas de miles de muertes y discapacidades cada año.
La técnica de las serpientes que se camuflan en su entorno no es siempre suficiente, por eso algunas de ellas recurren a un truco aún más sofisticado: disfrazarse de presa –de araña, en este caso– para atrapar mejor a sus propias víctimas, que suelen ser pájaros. Así actúa la víbora cola de araña, protagonista de #Cienciaalobestia, descubierta hace diez años al oeste de Irán. Ahora ha sido observada por primera vez en acción.