Un estudio revela que, a partir de un umbral mínimo, el bienestar protege frente a enfermedades no transmisibles, como cardiopatías, cáncer, asma o diabetes. Los países con puntuaciones más altas en felicidad suelen ser los que invierten más en salud y cuentan con sistemas de protección social sólidos.
Los detalles se recogen en un artículo liderado por el Instituto de Ciencias del Mar, clave para entender cómo nacen y evolucionan las fallas activas, con implicaciones relevantes para la comprensión de los riesgos sísmicos ocultos en esta región del Mediterráneo occidental.