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Ésta es una de las conclusiones que hoy publica Enric Banda, presidente de la asociación europea para la ciencia y la tecnología Euroscience, y copresidente del Euroscience Open Forum (ESOF) 2008, en el editorial de la revista Science. En su texto, el autor destaca la labor científica europea de los últimos diez años, en los que cree que se está creciendo favorablemente, aunque todavía los Estados miembros de la UE deben actuar “como europeos unidos”, proporcionando recursos para la Ciencia.
Enric Banda toma como punto de partida en el editorial de Science el organismo científico de Euroscience, que se fundó hace más de 10 años, cuando se generalizó en Europa la necesidad de crear nuevas estructuras de investigación y el deseo de establecer un “espacio” común de investigación en Europa.
La creación en el año 2000 del Área Europea de Investigación (ERA), para incrementar el impacto de los esfuerzos de investigación uniendo actividades científicas y políticas europeas, fue, según el presidente del Euroscience “una excelente idea”. No obstante, Banda recuerda que sigue habiendo trabajo que hacer ya que “muchos de los objetivos no se han cumplido”.
El experto achaca el poco crecimiento de la inversión en investigación al hecho de que la mayoría de los miembros de la Unión Europea no hayan reestructurado sus propios sistemas para poder cooperar en una red europea. “La estructuras académicas inflexibles y los fondos de investigación insuficientes” son las principales lacras del ERA.
Banda es directo en su discurso: “Necesitamos acción, un mapa de carretera de cómo lograr esta noble meta”. Para ello, el también copresidente del Euroscience Open Forum (ESOF) señala que los Estados miembros deben actuar, porque “saben dónde está el problema”, aunque todavía consideren la visión europea del espacio de investigación común una amenaza para su soberanía nacional.
No obstante, sigue habiendo lugar para el optimismo, según Banda, ya que el Consejo Europeo de Investigación (ERC), la primera estructura europea para la investigación fronteriza en todos los campos del conocimiento y creada en 2007, está teniendo un “gran éxito”. Gracias al compromiso de ciertas instituciones como la Fundación Europea de Ciencia y el Euroscience se ha logrado el principal objetivo: “invertir y elevar el perfil de los jóvenes investigadores”.
“La Ciencia se beneficiará del ERC, cuyo presupuesto está previsto que crezca varios miles de millones de euros en los próximos años”, subraya Banda. Ejemplos como el del ERC son signos, según el experto, de que “estamos moviéndonos lentamente en la buena dirección”. Pero son los Estados miembros los que deben demostrar “su coraje” y actuar unidos.
La nueva institución fomentará y coordinará el uso de la evidencia empírica y el conocimiento científico para mejorar la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas, según el jefe del Ejecutivo.
Los finalistas de este año están encabezados por un tipo de medicamentos inyectables prometedores para los problemas de salud asociados a la obesidad. Además, también aparecen en el ranking, el desarrollo de terapias con anticuerpos que pueden ralentizar la neurodegeneración en los enfermos de alzhéimer o el descubrimiento de fuentes naturales de hidrógeno bajo la superficie de la Tierra.
