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La Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación ha anunciado hoy la concesión de las ayudas predoctorales de formación de personal investigador en su convocatoria 2012, con un importe total de 71,5 millones de euros. El subprograma de Formación de Personal Investigador busca impulsar la formación del personal investigador en centros de I+D con la concesión de 1.009 ayudas para aquellos universitarios que quieran realizar su tesis doctoral asociada a un proyecto de I+D, señala la institución.
Las ayudas predoctorales de formación de personal investigador sumarán en la convocatoria 2012 un total de 71,5 millones de euros, dos millones más que el año pasado, ha informado la Secretaría de Estado de I+D+i en un comunicado.
Según explica la institución, el subprograma de Formación de Personal Investigador (FPI) impulsa la formación del personal investigador en centros de I+D con la concesión de 1.009 ayudas para aquellos universitarios que quieran realizar su tesis doctoral asociada a un proyecto de I+D. Estos proyectos estarán financiados por el Plan Nacional de I+D+i o por un proyecto que se desarrolle en un centro o unidad de Excelencia Severo Ochoa.
La duración de estas ayudas es de 48 meses, desde la fecha de incorporación del investigador a su centro de I+D, y se estructuran en dos periodos de 24 meses. El primero consistirá en una beca cuyos beneficiarios son los investigadores en formación y el segundo en un contrato de prácticas en el que serán beneficiarios los centros de I+D.
1.142 euros brutos al mes
Durante el periodo de la beca la cuantía de las ayudas incluirá el importe de la misma, que será de 1.142 euros brutos al mes para cada investigador, así como el coste de la cuota empresarial a aportar a la Seguridad Social que corresponda a cada año.
Durante los dos últimos años, la subvención anual para cada uno de los contratos que se formalicen a través de este programa será de 21.500 euros, recibiendo el investigador una cuantía mínima de 16.422 euros brutos al año.
La nueva institución fomentará y coordinará el uso de la evidencia empírica y el conocimiento científico para mejorar la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas, según el jefe del Ejecutivo.
Los finalistas de este año están encabezados por un tipo de medicamentos inyectables prometedores para los problemas de salud asociados a la obesidad. Además, también aparecen en el ranking, el desarrollo de terapias con anticuerpos que pueden ralentizar la neurodegeneración en los enfermos de alzhéimer o el descubrimiento de fuentes naturales de hidrógeno bajo la superficie de la Tierra.
