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El pasado 22 de noviembre, la revista The Lancet dedicó su editorial al fracaso estrepitoso de la atención sanitaria de los niños recluidos en centros tutelares de menores, responsabilidad del Ministerio del Interior británico. Según esta editorial, a los niños se les proporciona una asistencia educativa y sanitaria inadecuada.
Aproximadamente 2000 niños de hasta 18 años son internados cada año en centros tutelares de menores. Muchos son niños de familias que han rechazado asilo o cuyos visados de estancia ya han caducado. Con frecuencia, las familias son sacadas de sus domicilios sin ni siquiera tiempo de empaquetar medicamentos importantes y ropa.
Según explica el editorial, “una vez en el centro tutelar de menores, que habitualmente para las familias es el Yarl's Wood Immigration Removal Centre, los niños son básicamente encarcelados, con muy pocas ocupaciones y con una asistencia educativa y sanitaria inadecuada. Pocos niños en este contexto reciben una atención continuada adecuada durante su estancia”.
Además, la revista indica que de forma habitual ni siquiera se llevan a cabo las inmunizaciones rutinarias en los centros de menores. “Los niños se devuelven a países donde el sarampión y la meningitis son causas comunes de muerte en niños menores de 5 años, habiéndose perdido la oportunidad de protegerlos durante su estancia en el Reino Unido (RU)”.
Los médicos y los grupos de defensa del menor muestran su preocupación al afirmar que la atención clínica que reciben estos niños no es la adecuada. Nick Lessof, representante del Comité de Defensa de la Salud del Menor apuntó a la revista el caso de dos niños del Yarl's Wood que presentaban una fiebre muy alta debido a una anemia falciforme. Se había suspendido la administración de penicilina, no podían tomar ningún tipo de líquido y ni siquiera se les había ingresado en un hospital.
La editorial afirma que “este estrepitoso fracaso en la atención sanitaria de los niños en centros tutelares de menores es en última instancia la responsabilidad del Ministerio del Interior del RU y está en marcado contraste con la estrategia sanitaria global del gobierno, ‘La Salud es para todos (Health is global)’, la cual hace hincapié en su responsabilidad para mejorar la salud de las personas en todo el mundo, y en particular, de las personas del RU”.
“Es significativo que el gobierno esté comprometido en detener e impedir la propagación del VIH/SIDA, en reducir la incidencia de malaria y de otras enfermedades infecciosas y para hacer todo ello puede aumentar la supervivencia infantil, salvo al parecer en sus propios centros tutelares de menores”, subraya la revista.
La editorial añade que el Proyecto de Ley sobre Inmigración y Ciudadanía del nuevo gobierno británico, que se presentará a principios de 2009, es una “oportunidad para introducir un cambio más radical. La detención administrativa rutinaria de niños debe cesar. Si los tribunales consideran que la detención es necesaria, esos pocos niños deben recibir el mismo nivel de atención sanitaria primaria y especializada que el resto de los niños en el RU”, concluye.
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