Una investigación reciente revela que poblaciones antiguas encendían y mantenían el fuego de manera deliberada, evidenciando conductas complejas que podrían haber impulsado la evolución del cerebro y el desarrollo de herramientas avanzadas.
Un estudio publicado esta semana en Nature presenta restos arqueológicos hallados en una antigua explotación de arcilla en el este de Inglaterra, que indican que grupos humanos sabían generar y mantener fuego hace más de 400 000 años.
Entre los hallazgos destacan sedimentos endurecidos por altas temperaturas, hachas de sílex fracturadas por el calor y fragmentos de pirita, un mineral usado para producir chispas.
Estos indicios sugieren que los habitantes del yacimiento dominaban técnicas de ignición mucho antes de lo que se pensaba, un conocimiento que podría haber impulsado cambios clave en su evolución.
El control del fuego supuso un avance decisivo para nuestros antepasados: permitió generar calor, ahuyentar depredadores y transformar los alimentos mediante la cocción, ampliando las opciones dietéticas.
Aunque existen rastros de fuego en asentamientos humanos de más de un millón de años, sigue siendo difícil precisar cuándo se desarrolló la capacidad de encenderlo deliberadamente. Los expertos plantean que su uso comenzó aprovechando incendios naturales, un comportamiento que con el tiempo derivó en técnicas más sofisticadas para encenderlo bajo demanda.
Hasta ahora, las pruebas más antiguas de ignición intencionada procedían de yacimientos neandertales en Francia, de unos 50 000 años de antigüedad, donde se recuperaron hachas probablemente usadas para golpear pirita y generar chispas.
Sin embargo, el equipo del arqueólogo Nick Ashton, del Museo Británico en Londres, que lidera el estudio, sugiere que estas prácticas se remontan mucho más atrás. En Barnham (Suffolk), identificaron suelos antiguos con sedimentos calentados y hachas de sílex fracturadas por el fuego, con una antigüedad aproximada de 415 000 años, lo que evidencia un control deliberado del fuego en un asentamiento humano remoto.
Descubren el primer fragmento de pirita de hierro en 2017 en Barnham, Suffolk. / Jordan Mansfield, Pathways to Ancient Britain Project
Estos indicios indican que el fuego se usaba de forma controlada, pero un hallazgo refuerza la idea de que también se producía de manera intencionada. Se descubrieron dos fragmentos de pirita, un mineral poco común en la región, lo que sugiere que fue transportado expresamente hasta el yacimiento para encender llamas.
En conjunto, los resultados muestran que los habitantes de Barnham hace más de 400 000 años tenían conductas sofisticadas. Es posible que comprendieran cómo aprovechar la pirita como parte de un equipo de ignición, señalan los autores.
El dominio de esta técnica habría ofrecido múltiples ventajas, incluida la posibilidad de cocinar alimentos, un factor que pudo influir en la evolución cerebral. Además, el control del fuego pudo fomentar innovaciones como la creación de adhesivos para herramientas con mango, un avance que marcaría un hito en el comportamiento humano.
Referencia:
Nick Ashton et al. “Earliest evidence of making fire”. Nature