No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.
La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.
Selecciona el tuyo:
El acto, celebrado esta mañana en la Consejería de Salud de la Generalitat de Catalunya, ha contado con la presencia de Marina Geli, Consejera de Salud en calidad de presidenta del patronato del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB, Hospital Clínic-Universitat de Barcelona); Raimundo Pérez-Hernández y Torra, director de la Fundación Ramón Areces; y Pedro L. Alonso, director del CRESIB. El objetivo de esta donación, mejorar el conocimiento del desarrollo de inmunidad contra la malaria y sus mecanismos fisiopatológicos.
El 40% de la población mundial, mayoritariamente en países de renta baja, vive en zonas azotadas por la malaria. Esta enfermedad provoca cada año entre 350 y 500 millones de casos, de 1 a 3 millones de muertes y, en el África sub-Sahariana, el 20% de las muertes en niños menores de 5 años.
Para combatir esta situación y contribuir a la mejora de la salud y el desarrollo de las poblaciones, es necesario invertir recursos para desarrollar a la mayor brevedad, estrategias de control y tratamiento, como nuevas vacunas y fármacos eficaces.
Por este motivo, el Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB, Hospital Clínic-Universitat de Barcelona) ha desarrollado el Programa de Inmunopatología de Malaria, que la Fundación Ramón Areces quiere impulsar con el acuerdo firmado hoy en la Consejería de Salud catalana. El programa, que tendrá una financiación de 1 millón de euros y una duración de 4 años, está liderado por el Dr. Pedro Alonso, director del CRESIB, Jefe del Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínic y Catedrático de Salud Pública de la Universitat de Barcelona.
Parte de este proyecto se desarrollará en el Centro de Investigaçao em Saúde de Manhiça (CISM, Mozambique), que la Fundación Clínic per a la Recerca Biomèdica creó hace más de diez años con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), y que ha sido galardonado este año con el Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional. En este centro, el CRESIB desarrolla gran parte de su investigación en la lucha contra la malaria. Gracias al acuerdo de colaboración, la Fundación Ramón Areces apoyará el desarrollo del programa, en especial en aquellos aspectos para los que es más crítico obtener fondos estables de financiación.
La propuesta tiene un componente importante de formación que incluye una beca predoctoral para un joven investigador mozambiqueño, que se integrará en el programa de formación del CISM. El desarrollo del Programa de Inmunopatología de Malaria permitirá al CRESIB mejorar comprensión de la enfermedad y avanzar en el desarrollo de medidas de control y tratamiento de la malaria. Esta enfermedad es una de las amenazas más importantes para la salud y el desarrollo de los países con menos recursos.
Programa de inmunopatología de malaria
Se centra en tres importantes aspectos de la malaria causada por Plasmodium falciparum, principal causante de la malaria en el África sub-Sahariana: la caracterización de la inmunidad contra el Plasmodium Falciparum; el desarrollo de ensayos para estudiar las respuestas inmunes contra el parásito, y el estudio de la fisiopatología de la anemia grave por malaria.
El programa se realizará en colaboración con el CISM, donde se desarrollará el trabajo de campo y parte del trabajo de laboratorio. También se trabajará con otros grupos de investigación con los que el CRESIB ya mantiene estrechas colaboraciones en este ámbito.
Solo para medios:
Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.
La nueva institución fomentará y coordinará el uso de la evidencia empírica y el conocimiento científico para mejorar la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas, según el jefe del Ejecutivo.
Los finalistas de este año están encabezados por un tipo de medicamentos inyectables prometedores para los problemas de salud asociados a la obesidad. Además, también aparecen en el ranking, el desarrollo de terapias con anticuerpos que pueden ralentizar la neurodegeneración en los enfermos de alzhéimer o el descubrimiento de fuentes naturales de hidrógeno bajo la superficie de la Tierra.
