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La crisis climática podría empeorar la situación del zorro más raro del mundo

A pesar de estar confinado en un área limitada con pocos recursos y un hábitat degradado por el ser humano, el zorro de la isla de San Nicolás, frente a las costas de California, no se encuentra al borde del abismo. Pero a largo plazo el cambio climático podría aumentar sustancialmente el riesgo de extinción de este pequeño cánido, protagonista del #Cienciaalobestia.

Zorros isleños
Un zorro de la isla de San Nicolás descansando con su cachorro. Las altas precipitaciones de los últimos años han propiciado el aumento del número de crías. / Francesca Ferrara / U.S. Navy

Frente a las costas del sur de California, en EE UU, un pequeño archipiélago comprende ocho islas, conocidas como las islas del Canal. La más remota de ellas, la de San Nicolás que funciona como estación naval estadounidense, alberga a una subespecie de zorro única, llamada Urocyon littoralis dickeyi, el zorro gris de las islas.

En San Nicolás, las poblaciones de este cánido, considerado el más raro del mundo, están muy limitadas porque su hábitat, degradado por el ser humano, se limita a un área terrestre de 57 km2

El pequeño carnívoro llegó a tener históricamente las mayores densidades de las seis subespecies de zorro de estas islas. Cuatro de ellas fueron catalogadas como en peligro de extinción en la década de 1990.  

En San Nicolás, las poblaciones de este cánido, considerado el más raro del mundo, están muy limitadas porque su hábitat, degradado por el ser humano, se limita a un área terrestre de 57 km2. Los datos recogidos durante 18 años también muestran que las sequías y la baja diversidad de recursos alimenticios, con escasa vegetación, han terminado de mermarlas.

Así, en la última década, la población de zorro de la isla de San Nicolás, que tiene capacidad para acoger a menos de mil ejemplares, se redujo casi a la mitad. En 2016 solo quedaban 332 zorros.

Sin embargo, a pesar de este nefasto panorama y la multitud de amenazas que acechan a esta subespecie insular, un equipo de científicos estadounidenses ha determinado ahora en la revista Ecosphere que el animal, de no más de tres kilos de peso y 15 cm de altura, tiene en realidad un bajo riesgo de extinción.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores predijeron el tamaño de la población de zorros en el futuro suponiendo que las actuales condiciones ambientales, relativamente secas, persistieran. Para los próximos 50 años, el modelo informático mostró que los zorros se extinguirían solo en el 2,5 % de las simulaciones.

Para los próximos 50 años, el modelo informático mostró que los zorros se extinguirían solo en el 2,5 % de las simulaciones

“Este riesgo de extinción relativamente bajo es una buena noticia para los zorros de la isla de San Nicolás, pero no están fuera de peligro”, afirma Victoria Bakker, investigadora en la Universidad Estatal de Montana y autora principal del artículo. El cambio climático podría aumentar su vulnerabilidad y empeorar la situación del carnívoro, al que le queda poco margen de respuesta.

Isla

La escarpada costa de la isla de San Nicolás, la más remota de las Islas del Canal de California. / Francesca Ferrara / U.S. Navy

El peligro sigue acuciando

“Como carnívoro superior que vive en una pequeña isla con hábitats degradados e invadidos, es probable que experimente los efectos del cambio climático antes y de forma más aguda que otras especies. Si se producen sequías aún más frecuentes o graves, el peligro para los zorros podría aumentar sustancialmente”, recalca la experta.

Los autores sugieren estrategias que podrían permitir la resiliencia y adaptación de los zorros a un clima cambiante y a otras alteraciones provocadas por el ser humano

Para evitar esta situación, los autores sugieren estrategias que podrían permitir la resiliencia y adaptación de los zorros a un clima cambiante y a otras alteraciones provocadas por el ser humano. Según la coautora Francesca Ferrara, especialista en recursos naturales de la Base Naval del Condado de Ventura, los gestores de recursos de la isla se centran ahora en la bioseguridad, la restauración del hábitat y los recursos alimenticios, y la minimización de los conflictos entre humanos y fauna. 

“Tenemos programas continuos de vacunación y vigilancia para garantizar que no se establezcan en la isla nuevas especies invasoras o patógenos”, subraya Ferrara.

“Debido a su aislamiento, los zorros de las islas corren el riesgo de contraer enfermedades que normalmente circulan en la fauna del continente. Como nunca han estado expuestos y no tienen inmunidad natural, un patógeno que es leve para una especie continental puede resultar mortal para el zorro isleño”, concluye la científica.

Referencia:

Bakker V.J. et al 2021. “Understanding extinction risk and resilience in an extremely small population facing climate and ecosystem change”. Ecosphere

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.
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