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La recompensa provoca el aprendizaje inconsciente en los seres humanos

Un nuevo estudio cuestiona la creencia común de que hay que prestar atención a algo para aprenderlo. La investigación, publicada en el número de marzo de la revista Neuron, demuestra que la combinación estímulo-recompensa puede provocar el aprendizaje visual en adultos, aún incluso sin ser conscientes de la presentación del estímulo ni de la eventualidad de la recompensa.

A los participantes en el estudio se les daba una gota de agua como recompensa. Foto: Rufus Gefangenen.

“Estudios recientes han planteado la cuestión de si el aprendizaje de las habilidades visuales exige un proceso activo dirigido al objetivo, si éste puede ocurrir de forma automática sin conocimiento alguno de la tarea ni del estímulo, o si se trata de un comportamiento dirigido al objetivo”, tay como señala Aaron Seitz, autor del estudio e investigador de la Universidad de California (EE UU).

Seitz y sus colaboradores de la Universidad de Boston han diseñado un paradigma experimental para revelar la “tarea” del aprendizaje perceptual. Los investigadores pidieron a los participantes que contemplasen un monitor de ordenador, manteniendo la mirada en un punto central, y que disfrutasen de una gota de agua que ocasionalmente se dispensaba en sus bocas a través de un tubo.

La gota de agua se consideró como una recompensa porque se pidió a los sujetos que se abstuviesen de comer y beber durante cinco horas antes de la sesión experimental. Los estímulos visuales que iban asociados a la recompensa del líquido, visibles con un ojo, eran imperceptibles para los sujetos porque había una serie de patrones con muchos contornos que aparecían continuamente en forma de flashes dirigidos al otro ojo.

“El uso de este procedimiento nos permitió examinar la hipótesis específica de que las señales de aprendizaje relacionadas con la recompensa son suficientes para provocar un aumento de la sensibilidad visual hacia los estímulos visuales asociados a las recompensas”, afirma Seitz.

Los investigadores descubrieron que la combinación estímulo-recompensa era suficiente para que se produjese el aprendizaje, aún incluso cuando el sujeto no era consciente de los estímulos aprendidos ni de las condiciones estímulo-recompensa. Los efectos del aprendizaje eran específicos del ojo que recibía los estímulos, una condición indicativa de un estadio mono-ocular temprano de procesamiento visual.

Estos resultados sugieren que los mecanismos de reforzamiento automáticos (como los relacionados con los tiempos de recompensa), y no la atención dirigida, son los que determinan la mejora de las habilidades sensoriales.

“Nuestros hallazgos refuerzan la sugerencia de que el aprendizaje de las habilidades visuales es generalmente inconsciente y que los factores dirigidos al objetivo, como la atención dirigida, sirven más para enfocar cómo tiene lugar el aprendizaje que para dirigir este proceso en sí”, subraya Seitz. Los autores concluyen que son necesarios más estudios que confirmen estos datos.

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Referencia bibliográfica:
Watanabe et al.: “Report: Rewards Evoke Learning of Unconsciously Processed Visual Stimuli in Adult Humans”. Neuron 61 (700–707), marzo de 2009.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

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