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Mientras las manifestaciones de los movimientos sociales han llegado esta mañana hasta la puerta del Bella Center, el centro de convenciones donde se celebra la Cumbre del Clima en Copenhague, las negociaciones de alto nivel siguen su ritmo. Pero el retraso es patente. Sudán, en representación del Grupo de los 77 y también de China, ha sido el primero en tener la palabra. Hoy se espera que intervengan sobre todo los países africanos y asiáticos.
Aunque los movimientos sociales ecologistas y anticapitalistas reclaman una cumbre “popular”, los políticos siguen con sus planes en la Cumbre que debería producir las bases que sustituyan al Protocolo de Kioto.
Elena Espinosa, Ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) ha llegado esta mañana a Copenhague y ha anunciado que las negociaciones están en un “punto delicado”.
El motivo es que “por parte del G77, que incluye a 130 países y a China, consideran que necesitan más tiempo para buscar una postura común”, ha manifestado Espinosa, quien ha señalado además que “por parte de la UE se empieza a reconocer que a lo mejor ha habido demasiadas presiones hacia el G77 para que pudiera haber una coherencia”.
“Hay que intensificar todas las ayudas que podamos dar para encaminar este proceso en este momento crítico, pero no podemos perder la esperanza porque seguimos apostando por un acuerdo”, ha apuntado la ministra española.
Una cumbre desbordada
La llegada de ministros y presidentes de diferentes países ha desbordado las expectativas de los organizadores. Debido al número improcedente de jefes de gobierno que van a asistir a la cumbre, Naciones Unidas ha decidido nombrar un nuevo presidente de la Conferencia sobre Cambio Climático para sustituir a Connie Hedegaard. Será el primer ministro danés, Løkke Rasmussen.
“Cerca de 115 jefes de Estado y de Gobierno han decidido participar en la Cumbre para cerrar un acuerdo en Copenhague. Esta voluntad histórica que trata el reto climático es el mayor conductor para llegar a un acuerdo global, pero las negociaciones finales serán tensas y agotadoras”, ha declarado hoy Løkke Rasmussen.
Andreas Carlgren, Ministro de Medio Ambiente de Suecia, que dirige hasta finales de este mes la presidencia de la Unión Europea (UE) -a partir del 1 de enero de 2010 será el turno de España-, ha hablado en nombre de la UE. “Seamos claros: la UE ha venido hasta aquí para cerrar el acuerdo”, ha afirmado.
“La UE ya ha puesto en marcha la legislación para reducir las emisiones para 2020 y está preparada para reducir las emisiones hasta el 95% para 2050 a partir de los niveles 1990. La UE llama a otros países desarrollados a hacer de este objetivo parte del acuerdo de Copenhague”, añade el ministro sueco.
“La acción no puede esperar hasta 2013. La UE está preparada para comprometerse con 7.200 millones de euros para los años 2010-2012, y pide que los demás países anuncien sus compromisos”, afirma Carlgren, quien ha señalado a China y a EE UU como los responsables de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Apoyo a los manifestantes
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha intervenido también esta mañana con un discurso de apoyo a los manifestantes. “Ahí fuera hay mucha gente, ha habido protestas intensas en las calles y desde aquí quiero saludar a todos los que están fuera”, ha exclamado Chávez envuelto en aplausos por parte de los asistentes al plenario de la cumbre.
El jefe de Estado de Venezuela, país “arrollado por la historia” como él mismo lo ha denominado, ha manifestado su apoyo a dos de las consignas que se oyen en las calles de la capital danesa: “No cambien el clima, cambien el sistema y en consecuencia empezaremos a cambiar el planeta” o “si el clima fuera un banco ya lo habrían salvado los gobiernos ricos”.
Para Chávez, que ha recibido diversas ovaciones de la sala, “el cambio climático es el problema ambiental más devastador de este siglo. La actividad actual humana supera el umbral de la sostenibilidad”.
La nueva institución fomentará y coordinará el uso de la evidencia empírica y el conocimiento científico para mejorar la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas, según el jefe del Ejecutivo.
Los finalistas de este año están encabezados por un tipo de medicamentos inyectables prometedores para los problemas de salud asociados a la obesidad. Además, también aparecen en el ranking, el desarrollo de terapias con anticuerpos que pueden ralentizar la neurodegeneración en los enfermos de alzhéimer o el descubrimiento de fuentes naturales de hidrógeno bajo la superficie de la Tierra.
