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La investigación experimental en el ámbito de la Atención Primaria (AP) es todavía insuficiente en nuestro país, lo que es especialmente relevante en el caso de los ensayos clínicos con medicamentos, es decir, en evaluar la efectividad de estos fármacos antes de su comercialización. La AP es el nivel asistencial donde se prescriben más medicamentos.
“Hay que probar la efectividad de los fármacos en AP porque es donde se prescriben más”, explica Ernest Vinyoles, director de la Agencia de Gestión e Investigación Clínica en Atención Primaria (AGICAP).
Los expertos sostienen que el estudio de fármacos desde la primaria está justificado ya que es en este nivel asistencial donde se ven las enfermedades más prevalentes, en fases más precoces, y que son diferentes de las que se observan en los hospitales. También son diferentes la gravedad de las enfermedades y las características de los pacientes que se atienden.
La AP es el nivel asistencial donde se prescriben más medicamentos. Las principales patologías que se investigan son las enfermedades cardiovasculares, seguidos de los fármacos para enfermedades infecciosas (un 12% para infecciosas frente al 46% de las cardiovasculares). La diabetes es la que más ensayos clínicos concentra.
Con todo, muchos ensayos clínicos con medicamentos se realizan en los hospitales, aunque después se comercializarán mayoritariamente en la AP, y muchas veces con pocos datos de su eficacia, efectividad y seguridad en este ámbito asistencial.
La AGICAP, que pertenece al Instituto de Investigación en Atención Primaria (IDIAP) Jordi Gol, se encarga de la gestión de los ensayos clínicos en fármacos en AP. Actualmente tiene en marcha 60 ensayos clínicos con medicamentos en los que participan pacientes de primaria. Desde su constitución, hace 13 años, se han realizado unos 303 clínicos.
Las llamadas células asesinas naturales, en contacto con el tratamiento con anticuerpos que se utiliza contra el tumor de mama HER2 positivo, segregan unos tipos concretos de citoquinas que activan la respuesta inmunitaria. Esto supone en las pacientes una mejor respuesta al tratamiento.
Dos artículos complementarios, publicados en Science y Cell Stem Cell por investigadores españoles, revelan que los relojes circadianos centrales y periféricos se coordinan para regular la actividad diaria de la piel y los músculos. El hallazgo sugiere nuevas estrategias para combatir su deterioro asociado con la edad.
