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María Blasco, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, y José María Gatell, del Hospital Clínic de Barcelona, han recibido los Premios de Investigación Biomédica de la Fundación Lilly. La entrega de los galardones ha sido presidida por la ministra de Ciencia e Innovación Cristina Garmendia, que ha destacado la labor de los investigadores "para situar a España a la vanguardia internacional".
En el acto, Garmendia ha destacado que Blasco y Gatell son "dos ejemplos de las capacidades que tiene el sistema científico español para formar, retener y atraer talento y para competir con los mejores en la escena internacional".
La oncóloga María Blasco ha recibido el premio en la categoría de investigación preclínica por sus estudios sobre el papel de la telomerasa en los procesos de cáncer y envejecimiento. Blasco es pionera en demostrar que la ausencia de actividad de la telomerasa es una barrera para la progresión tumoral, y actualmente dirige un grupo de investigación que estudia el papel de esta enzima en los procesos de cáncer y envejecimiento empleando ratones como modelos experimentales.
Por su parte, el inmunólogo José María Gatell ha sido destacado por sus investigaciones en el campo de la inmunopatogenia de la infección por el VIH-1 y en el desarrollo de una potencial vacuna terapéutica o profiláctica, en la categoría de investigación clínica. Gatell trabaja en el desarrollo de una vacuna terapéutica, capaz de generar una respuesta inmunitaria específica frente al VIH-1, que permitirá el control de la replicación viral tras la retirada del tratamiento antirretroviral.
Según representantes de la Fundación Lillym estos premios de investigación biomédica tienen como objetivo "reconocer la trayectoria investigadora de los mejores científicos que desarrollan su actividad en España y favorecer su continuidad a través de la financiación de sus proyectos".
Ley de la Ciencia y gestión de fondos públicos
La ministra ha aprovechado su intervención para destacar algunas de las aportaciones que introducirá la nueva Ley de la Ciencia, como la mejora de la gestión de los fondos públicos destinados a la I+D, la eliminación de barreras que afectan a la movilidad del personal investigador, o el impulso a la transferencia de conocimiento.
La nueva institución fomentará y coordinará el uso de la evidencia empírica y el conocimiento científico para mejorar la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas, según el jefe del Ejecutivo.
Los finalistas de este año están encabezados por un tipo de medicamentos inyectables prometedores para los problemas de salud asociados a la obesidad. Además, también aparecen en el ranking, el desarrollo de terapias con anticuerpos que pueden ralentizar la neurodegeneración en los enfermos de alzhéimer o el descubrimiento de fuentes naturales de hidrógeno bajo la superficie de la Tierra.
