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Investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) han presentado el Proyecto Moto Student, en el que un grupo de estudiantes e ingenieros de la institución trabajan para diseñar y desarrollar un prototipo de motocicleta de competición que competirá contra equipos universitarios de todo el mundo.
La competición Moto Student es un desafío entre equipos universitarios de distintas universidades españolas, europeas y del resto del mundo para diseñar y desarrollar un prototipo de moto de competición de pequeña cilindrada (125 cc y 2 tiempos). Esta prueba es un reto para los estudiantes, porque en tres semestres han de probar su capacidad de creación para completar un proyecto en las mismas condiciones que requiere la industria, es decir, trabajando en equipo, con un presupuesto limitado, unos requerimientos técnicos mínimos, un calendario cerrado y en contacto con las últimas tecnologías, patrocinadores y compañías del sector.
El equipo de la UC3M ha presentado un prototipo en un estadio inicial de construcción. "La fase de desarrollo y puesto a punto va a ser la más complicada pero también la más gratificante, porque tenemos muchas ideas que probar en la moto antes de presentarla a la competición", comenta el Director Técnico, José G. Pérez Alonso.
La competición final está prevista en la Ciudad del Motor de Aragón a principios del próximo octubre, coincidiendo con el Campeonato de España de Velocidad. El premio al que aspiran, el mejor proyecto industrial, es de 6.000 euros y un "stage" para los integrantes del equipo en empresas industriales del sector o empresas de competición.
Tormentas de ideas para crear bocetos
Como en cualquier proyecto de ingeniería, el primer paso para el diseño del prototipo fue la observación de modelos reales para entender la forma y el funcionamiento de una motocicleta de competición. Una vez que los conceptos estaban claros y la línea de trabajo bien definida, comenzó una tormenta de idea y diseñaron los primeros bocetos. El siguiente paso consistió en crear un modelo virtual del prototipo con el que solventar posibles fallos en su posterior construcción.
Para ello, el material proporcionado por la organización de la competición, fue modelado por los estudiantes mediante software de diseño 3D. Después, una vez ensambladas todas las piezas, comenzaron las primeras simulaciones dinámicas virtuales y cuando se consiguió poner a punto este modelo virtual, se comenzó a construir el prototipo real.
Próximamente se llevarán a cabo las primeras jornadas de puesta en pista en el Circuito de Cartagena, donde el equipo evaluará el ingenio mediante un sistema de toma de datos de diseño propio.
El objetivo que han de cumplir los equipos que se presenten a esta competición, promovida por la Moto Engineering Foundation, es que el coste de producción para 500 unidades de la moto que se diseñe ascienda a 4.500 euros, aunque el valor del prototipo sea superior. Esto incluye de forma obligatoria motor, llantas y neumáticos, los conjuntos de frenos de ambas ruedas, la horquilla delantera y el amortiguador trasero. El resto de los componentes son opcionales, salvo el chasis y el basculante, que son de fabricación propia.
Una motocicleta original y diferente
"El principal reto ha sido partir de una hoja en blanco, al elegir un diseño innovador, sin los compromisos del planteamiento tradicional, con el objetivo conseguir aunar las soluciones técnicas que consideramos que nos pueden proporcionar una ventaja competitiva y que, por otro lado, nos permita aprender lo máximo posible", afirma Pérez.
Este ingeniero industrial conduce un equipo de estudiantes "muy capacitado y con muchas ganas de sacar adelante esta aventura", comenta. Yolanda Colás Escandón es una de ellas y se muestra muy ilusionada por poder culminar su carrera en una línea de trabajo así. "Ha sido un gran reto y he aprendido muchas cosas, no sólo desde el punto de vista del mundo del motociclismo, sino también desde la perspectiva de la ingeniería", dice Colás, que es una de las coordinadoras del proyecto, que está dirigido por el Catedrático Juan Carlos García Prada, el responsable del MAQLAB.
"Este proyecto se ha consolidado y está recogiendo resultados muy interesantes y concretos, opina Colás. Además, estamos prácticamente cerrando la constitución de una spin-off en el Parque Científico de la UC3M (Leganés Tecnológico) para lanzar este desarrollo y que se llamará LGNTech Design", adelanta la cientfica.
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Más información:
Oficina de Información Científica de la Universidad Carlos III de Madrid