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Para avanzar en la criptografía cuántica, la Agencia Europea del Espacio (ESA) acaba de adjudicar a un consorcio con protagonismo español la construcción de un "transceptor cuántico", un aparato transmisor y receptor (como los walkie-talkies) de fotones encriptados.
La iniciativa está enfocada a la construcción de un ordenador cuántico, tiene un presupuestro de 600.000 euros y su finalización está prevista en 2010. De ella, saldrá un prototipo seguro capaz de funcionar desde la Estación Espacial Internacional (ISS), y que podría volar a la ISS en 2015.
Serán el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) de Barcelona y el Grupo de Comunicaciones Ópticas y Cuánticas de la Universidad Politécnica de Valencia quienes diseñen el aparato para emitir y recibir claves cifradas. Para el físico Valerio Pruneri, jefe de grupo en el ICFO, "cada fotón es una partícula de luz y lo polarizamos vertical, horizontal o diagonalmente, aplicándole un filtro como hacen las gafas de sol con los rayos solares. Las polarizaciones son complementarias y si alguien espía, el tráfico de fotones las modifica, y el emisor y receptor se dan cuenta de los cambios".
Este fenómeno sólo ocurre en el universo microscópico: si interceptamos una carta, podemos leerla y cerrarla a continuación, evitando dejar señales visibles. Pero los fotones y las partículas que componen la misiva cuántica quedan irremisiblemente trastocados en su polarización desde el momento en que alguien los detecta y observa. Es imposible hacerlo en secreto.
La empresa española Alter Technology Group es la coordinadora del proyecto y la responsable de conseguir crear un sistema que funcione en la órbita en la que vuela la ISS (350-460 kilómetros sobre la superficie terrestre). El transceptor consiste en un láser de fotones, y su construcción se enmarca en el experimento Space Quest, que intenta demostrar la viabilidad de distribuir fotones individuales desde la ISS a receptores terrestres (telescopios) para validar principios fundamentales de la física cuántica. Para ello, dos empresas españolas (Lidax y Emxys) desarrollarán los sistemas térmicos y electrónicos para ello.