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Un estudio internacional es pionero en ilustrar cómo cambia la diversidad de las bacterias de nuestra boca con la edad. Los resultados revelan que las enfermedades crónicas o los estilos de vida son factores determinantes en la variedad de dichas especies.
Se suele incidir en la importancia de cuidar nuestro microbioma intestinal, pero el microbioma oral (el conjunto de bacterias que habitan en nuestra boca) también merece nuestra atención. No en vano, es la segunda comunidad con más diversidad de nuestro organismo al albergar más de 700 especies. Es más, los desequilibrios en este ecosistema provocan la aparición de enfermedades como la periodontitis, la gingivitis o las caries.
Ahora, un nuevo estudio concluye que su diversidad cambia significativamente con la edad. El trabajo, publicado en npj Biofilms and Microbiomes, es obra del equipo científico de ‘Saca la Lengua’ dirigido por Toni Gabaldón, del Centro de Regulación Genómica (CRG).
La investigación, que ha contado con la participación de 1.648 personas de distintas edades, revela la existencia de tres etapas distintas (adolescencia, mediana edad y vejez) en la composición de microorganismos residentes en la boca.
Según los autores, los adolescentes tienen un microbioma oral muy biodiverso y que varía mucho entre personas, lo que podría deberse a cambios hormonales y de hábitos durante esta etapa de la vida.
Las personas de mediana edad, por el contrario, tienen una biodiversidad más baja y una composición más homogénea entre personas, lo que representa una etapa de alta estabilidad.
A partir de los 60 años, la biodiversidad y las diferencias entre personas aumentan de nuevo y de manera muy considerable. Este retorno a la alta diversidad se explica por la aparición de especies oportunistas raras que aprovechan la debilidad del sistema inmunitario. Casi todas estas especies, que serían normalmente rechazadas, están vinculadas a enfermedades orales como la periodontitis.
Gráfico que muestra la variedad de etapas en relación con la diversidad de microorganismos de nuestra boca. / CRG
Los resultados también revelan qué factores son más influyentes en la microbiota oral, entre los que se encuentran enfermedades crónicas, como la fibrosis quística o el síndrome de Down, o los estilos de vida nocivos, como fumar. También influyeron, aunque en menor medida, la celiaquía, la hipertensión o el uso de antibióticos.
Un mejor conocimiento del microbioma oral en las personas con estas patologías allana el camino para tratamientos específicos que reduzcan estos riesgos, y que podrían consistir en pre o probióticos, específicamente diseñados con este fin.
Por otro lado, las relaciones sociales y familiares también influyen sobre la composición de las comunidades de nuestra boca. Miembros de la misma familia que conviven tienen un ecosistema bucal más parecido que entre dos personas de diferentes familias.
La asociación existe incluso entre compañeros de clase, lo que revela que compartir el mismo entorno, aunque sea unas horas diarias, podría afectar significativamente al conjunto de bacterias de nuestra boca.
Todos estos hallazgos servirán para construir un modelo computacional para interpretar la información dada por la saliva, y que permita predecir cambios inducidos por distintos factores ambientales y fisiológicos.
“La salud bucal está conectada con todo el cuerpo humano. Por esta razón, la saliva contiene mucha información útil que puede complementar a otras analíticas como las de sangre. Ahora tenemos un diccionario que ayuda a interpretar el lenguaje del microbioma oral, con lo que quizá un día la muestra de saliva será tan rutinaria como los análisis de sangre u orina”, afirma Toni Gabaldón.
‘Saca la Lengua’ es un proyecto de ciencia ciudadana impulsado en 2015 que tiene como objetivo descubrir la variedad de microorganismos que viven en nuestra boca.
El presente estudio ha contado con la participación de 1.648 personas, de entre 7 y 85 años, repartidas por toda España. Los participantes rellenaron un cuestionario que examina 80 aspectos diferentes sobre el estilo de vida, la dieta, la higiene y la salud.
Los miembros del proyecto visitaron más de 30 centros educativos y centros cívicos en varias ciudades del territorio español. El equipo habilitó una furgoneta con los equipos necesarios para el procesamiento inicial de las muestras de saliva, recorriendo más de 7.000 kilómetros entre distintas comunidades autónomas.
Referencia:
Citizen-science reveals changes in the oral microbiome in Spain through age and lifestyle factors. https://doi.org/10.1038/s41522-022-00279-y