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Un nuevo estudio podría ayudar a invertir los efectos del reloj biológico en pacientes con demencia

Científicos de la Universidad de Sunderland (Noreste de Inglaterra) han realizado un estudio que, invirtiendo los efectos de la demencia y la pérdida de memoria, permitiría retrasar el reloj biológico del cerebro. El hallazgo podría aportar una cura a enfermedades como el Alzheimer.

El estudio pionero demuestra que la exposición regular a unos niveles seguros de luz infrarroja puede mejorar la capacidad de aprendizaje y reimpulsar la actividad cognitiva del cerebro.

Los resultados suponen un gran avance científico, ya que hasta ahora los tratamientos de la demencia se limitaban a ralentizar el deterioro del cerebro, mientras que actualmente van a iniciarse ensayos en humanos para determinar si el tratamiento podría proporcionar una cura a enfermedades como el Alzheimer.

Las investigaciones independientes realizadas en Sunderland han demostrado cómo los rayos infrarrojos de baja potencia (1072 nm) pueden mejorar la capacidad de aprendizaje.

Los bajos niveles de luz infrarroja empleados son totalmente seguros y se encuentran de forma natural en la luz solar. Actualmente se emplean en las máquinas más innovadoras para tratar las ampollas febriles, y su uso está aprobado por prescripción del sistema sanitario nacional del Reino Unido.

Los expertos aseguran que los pacientes con fases iniciales de demencia podrían experimentar una mejora de su función cognitiva en un plazo de cuatro semanas si llevan el ligero casco en sus hogares unos diez minutos al día.

Se espera que el periodo de ensayo en humanos de este rompedor tratamiento del cerebro mediante infrarrojos comience este verano, y los expertos médicos confían en que dicho tratamiento detenga e incluso invierta los efectos de la demencia.

El nuevo dispositivo infrarrojo lo ha diseñado el Dr. Gordon Dougal, uno de los directores de Virulite, una empresa de investigación médica sita en Newton Aycliffe (Inglaterra), quien también está detrás de la innovadora máquina de tratamiento de ampollas febriles.

La idea de emplear niveles seguros de luz infrarroja en el cerebro humano surgió tras presenciar su efectividad en el tratamiento de las ampollas febriles, un proceso que se basa en potenciar las células del organismo responsables de eliminar el virus, en vez de atacarlo.

El Dr. Dougal asegura: “Las implicaciones de este estudio de la Universidad de Sunderland son enormes, tanto que, en el futuro, podríamos intervenir y cambiar el ritmo al que envejece el cuerpo”.

“A medida que nos hacemos mayores, las células dejan de repararse y envejecemos porque las células pierden el deseo de regenerarse y reconstruirse. Por último, esto produce la muerte celular y la degradación de las funciones de los órganos, lo que en cerebro se traduce en una pérdida de memoria y un deterioro de la capacidad intelectual en general.”

“Sin embargo, ¿qué ocurriría si hubiese una tecnología que indicara a las células que se reparasen, y esa tecnología fuera tan sencilla como una longitud de onda lumínica específica? La luz infrarroja penetra en el tejido humano relativamente bien, atravesando incluso el cráneo humano como la luz atraviesa un cristal helado.”

El Dr. Dougal, que asegura que diez minutos de exposición diaria a los infrarrojos produciría el efecto deseado en el cerebro, añade: “Actualmente, lo único que se puede hacer con la demencia es ralentizar el ritmo de deterioro, pero este nuevo proceso no sólo lo detiene, sino que además puede invertirlo parcialmente”.

La investigación llevada a cabo por el Dr. Abdel Ennaceur, neurocirujano de la Universidad de Sunderland, ha permitido al Dr. Dougal organizar ensayos clínicos con pacientes con problemas de memoria relacionados con la edad.

Su colega neurólogo, Paul Chazot, que ha colaborado en la investigación, añade: “Sin duda, el tratamiento mejora la capacidad de aprendizaje. Los resultados son totalmente innovadores, es un campo que nunca antes se había estudiado”.

“El tratamiento del Dr. Dougal tiene posibilidades de mejorar la capacidad de aprendizaje humana suministrando infrarrojos a través de las zonas más finas del cráneo para conseguir un máximo acceso al cerebro.”

Se seguirán realizando estudios sobre este campo financiados por CELS, que apoya las investigaciones y el desarrollo sanitario en universidades, hospitales y empresas del noreste de Inglaterra.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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