La enzima humana PrimPol, presente en organismos lejanos como las arqueobacterias, favorece la reparación del ADN cuando hay daño. Dicha enzima permite a las células hacer copias de su ADN aunque esté dañado y evita roturas en los cromosomas.
Investigadores del IRB Barcelona han descubierto en Drosophila melanogaster que en migraciones celulares múltiples una única célula puede ejercer de líder y es suficiente para arrastrar al resto. Los resultados se publican en el Journal of Cell Science.
Un equipo internacional de investigadores consigue crear estructuras renales tridimensionales en cultivo utilizando células madre humanas. Este pionero avance facilitará el estudio de las enfermedades renales, el descubrimiento de nuevos fármacos y es un paso más hacia la aplicación de terapias basadas en el uso de células madre.
Un estudio confirma el potencial terapéutico en cáncer de los inhibidores de la proteína Aurora-A, involucrada en procesos de división celular. La ausencia en ratones de esta proteína provoca una reducción en la progresión de tumores de piel y mama.
Un equipo del Hospital Vall d’Hebron ha identificado un microRNA que da lugar al descubrimiento de nuevos genes y rutas metabólicas implicadas en el desarrollo de tumores. Los resultados, publicados en PLOS ONE, abren la puerta al estudio de nuevas vías terapéuticas.
Dos estudios españoles publicados esta semana en la revista Cell describen la senescencia como un proceso normal durante el desarrollo embrionario. Ambos estudios atribuyen un rol completamente nuevo e inesperado a este proceso, a menudo relacionado con el envejecimiento y el cáncer.
La unión del tomate, el aceite de oliva, el ajo y la cebolla en un sofrito aumenta la cantidad de polifenoles y carotenoides. Estos compuestos biosaludables ayudan, respectivamente, a prevenir las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Así lo recoge un estudio de la Universidad de Barcelona y la red CIBERobn que confirma al sofrito como un elemento esencial en la dieta mediterránea.
Un equipo internacional de científicos, con participación de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha desarrollado un complejo para tratar la leishmaniasis en humanos que utiliza el fármaco más prescrito actualmente, pero con un 83% más de efectividad. El complejo, la combinación del fármaco con nanopartículas que lo transportan hasta el interior de las células infectadas, ha sido probado con éxito en un modelo animal de la enfermedad.