Investigadores del Centro de Astrobiología y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados han identificado varios genes y mecanismos de resistencia a la sal en microorganismos que viven en el suelo y las raices de las plantas en una salina mallorquina. Esta información ayudará a comprender mejor la forma en que los seres vivos se adaptan a los ambientes hipersalinos de la Tierra o cómo lo podrían hacer en otros planetas o lunas del sistema solar.
La disminución del pH marino de 8,1 a 7,9, observada en una surgencia de CO2 a cuarenta metros de profundidad, produce un cambio radical en hábitats de alta diversidad y complejidad estructural. Así lo han constatado investigadores de la Universidad de Barcelona en los bosques de Laminaria rodriguezii, el alga kelp que habita las profundidades marinas a más de 65 metros de profundidad, capaces de relegar a los organismos calcáreos, como las colonias de coral y los fondos de maerl.
Cuando un río recibe las aguas de una depuradora, se pone de manifiesto su eficiencia. Un grupo de investigación de la Universidad del País Vasco, en colaboración con el instituto ICRA de Gerona, ha observado que las aguas de las depuradoras influyen en el ecosistema fluvial. Al tener mayor cantidad de materia orgánica, incrementan la actividad de los organismos que se alimentan de ella; y perjudican a otros porque no eliminan elementos tóxicos, como fármacos.
Investigadores de la Universidad de Oviedo revelan cómo se formó la sima de la cueva Torca La Texa, ubicada a un kilómetro de los Lagos de Covadonga, durante el Pleistoceno Medio o incluso en épocas previas.
Existe un consenso generalizado de que hace unos 66 millones de años un asteroide colisionó con la Tierra y provocó una extinción masiva que hizo desaparecer a los dinosaurios. Las mediciones de la actividad volcánica –las más precisas realizadas hasta la fecha– demuestran ahora que este impacto desencadenó mayores erupciones en los 50.000 años posteriores que impidieron que la fauna se recuperara.
Un estudio realizado en 24 países, entre ellos España, revela una nueva forma de implicar a la ciudadanía para que luche contra el cambio climático: que piense en los beneficios futuros de tener un planeta menos contaminado. La investigación, en la que participa la Universidad Complutense de Madrid, refleja cómo el desarrollo económico y científico, junto al hecho de pertenecer a una sociedad más benévola, son los factores que más motivan a los ciudadanos.
¿Qué hay detrás del 'milagro' de la separación de las aguas? ¿Cuál fue la ruta del éxodo? Estas son algunas de las cuestiones que se abordan en los recientes trabajos realizados por dos investigadores de la Universidad de Sevilla. Según los científicos, las catástrofes naturales asociadas a la explosión de Santorini, incluida la secuencia de tsunamis que se desencadenó, pudieron tal vez haber inspirado el relato bíblico del éxodo, pero no se ajustan a una interpretación literal o maximalista del mismo.
El terremoto sucedido hace unos días en el centro de Chile, de una magnitud de 8,4 y tres minutos de duración, y que ha causado solo ocho muertos, es muestra de un país preparado para eventuales desastres naturales. Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha publicado el primer estudio de riesgo sísmico para las principales ciudades de Haití (Puerto Príncipe y Cabo Haitiano). Sus conclusiones indican que no están preparados para nuevos sismos.
Un equipo de científicos españoles, liderado por la Universidad Politécnica de Cataluña, ha creado un sistema innovador para evaluar la contaminación lumínica procedente del alumbrado público en las ciudades, que integra, por primera vez en el mundo, el tratamiento de imágenes obtenidas por satélite.
La Antártida ya ha empezado a derretirse y las consecuencias del deshielo de todo el continente podrían ser catastróficas. Un estudio demuestra por primera vez que si se mantiene el ritmo actual de emisiones de CO2 y se agota la reserva de combustibles fósiles estimada en 10 billones de toneladas, en los próximos milenios el nivel del mar podría aumentar en unos 60 metros haciendo desaparecer varias islas así como todo el estado de Florida en EEUU.