Las ciudades emiten un 70% de las emisiones de CO2 globales y se prevé que dupliquen su población en 2050. La organización conservacionista WWF promueve el “Desafío de las Ciudades de la Hora del Planeta” para premiar las mejores prácticas de sostenibilidad propuestas por las ciudades españolas. Este año el galardón se lo ha llevado Murcia por su Plan de Movilidad Sostenible.
En la provincia de Almería se encuentran dos especies de pinos, los que están más al sur de Europa. Un equipo de la Universidad de Córdoba ha analizado su situación y relaciona su mortandad con el cambio climático y la reducción de la disponibilidad hídrica. Los científicos proponen reducir la espesura de la masa boscosa en zonas más áridas para evitar la desaparición de estos pinares.
Calor y sequía son las dos principales causas de estrés de los cultivos de cítricos. Con el objetivo de formular nuevas herramientas para combatir el calentamiento global, un equipo de la Universitat Jaume I de Castellón ha realizado un estudio pionero para comprobar los efectos de estos impactos y demuestra que unas especies, como un híbrido de cítricos llamado Citrange Carrizo, el más empleado en las variedades citrícolas de los campos valencianos, son más tolerantes que otras como el mandarino Cleopatra.
Un estudio publicado en Environmental International y dirigida por CREAL e ISGlobal, sostiene que un número creciente de ciudades están planeando convertirse en parcialmente libres de coches privados. La medida permitiría reducir la mortalidad prematura asociada a la contaminación.
Las marismas atenúan la energía de las olas y actúan como barreras naturales contra los fenómenos climáticos de alta energía. Por esa razón, la restauración de marismas actualmente ocupadas puede ser una estrategia de adaptación rentable para contrarrestar los efectos del aumento del nivel del mar. Esta es una de las conclusiones de una investigación liderada por la Universidad del País Vasco, que establece en menos de 10 años el tiempo que varias marismas del Cantábrico oriental tardaron en regenerarse.
Los bosques y los océanos, sumideros naturales de carbono, ya no dan abasto; y la dependencia de los combustibles fósiles obliga a buscar soluciones para capturar el dióxido de carbono atmosférico. En la mayor central geotérmica islandesa, un equipo internacional de científicos ha logrado solidificar este gas de efecto invernadero en menos de dos años inyectándolo en rocas volcánicas de basalto.
El grupo de investigación Observatorio de las Dos Culturas de la Universitat de València ha publicado un trabajo científico que constata la pérdida de interés por el cambio climático en los tres diarios españoles de mayor tirada en 2014, en contraste con la activa campaña en contra que se llevó a cabo en 2007 desde los medios más conservadores.
Durante los últimos 50 años, el calentamiento en el Ártico ha sido rápido mientras que el océano Antártico se calentado poco o nada.
Las condiciones del clima no contaminado de la época preindustrial pudieron ser más nubosas de lo que se pensaba hasta ahora, según los datos del experimento CLOUD del CERN. Los resultados revelan que los llamados vapores biogénicos emitidos por los árboles son claves en el crecimiento de las partículas (aerosoles) hacia tamaños donde pueden generar nubes.
La desertificación es una de las consecuencias más visibles del cambio climático. En España, un 20% del territorio ya ha perdido casi la totalidad de su vegetación, según un estudio del CSIC. Los investigadores constatan, además, que un uno por ciento sigue erosionándose y que los cultivos herbáceos son el paisaje más proclive a desaparecer.