Los incendios forestales juegan un papel fundamental en muchos ecosistemas terrestres. Sin embargo, no se conocen muy bien cuáles son los factores principales que determinan los incendios en regiones altamente humanizadas. Esto hace que el impacto que tienen en estas zonas sea difícil de predecir.
Investigadores del CRESIB, centro de investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona, han observado que las fluctuaciones diarias en la temperatura predominante alteran la sensibilidad de las especies al calentamiento provocado por el cambio climático mediante la reducción de los márgenes de seguridad 'térmica'. En concreto, los seres vivos ectotermos, caracterizados por depender de fuentes externas para la obtención de calor, como es el caso de los reptiles y los artrópodos, son particularmente vulnerables al calentamiento por el cambio climático y están expuestos a las fluctuaciones diarias de temperatura de su hábitat.
Durante el Mioceno América del Sur estuvo poblada, por lo menos, de hasta 14 especies de cocodrilos, 7 de las cuales compartían la misma zona geográfica, “un fenómeno nunca observado en especies actuales”, según un estudio liderado por la Universidad de Zúrich que cuenta con participación española. Todas desaparecieron debido a la elevación de los Andes, que modificó el curso de los ríos.
Hace más de 200 millones de años, una extinción aniquiló el 76 % de las especies marinas y terrestres, lo que marcó el final del periodo Triásico y el inicio del Jurásico. Este evento devastador allanó el camino para que los dinosaurios dominaran la Tierra durante los siguientes 135 millones años. Un equipo de investigación estadounidense ha determinado que la Provincia Magmática del Atlántico Central vomitó enormes cantidades de lava y gases coincidiendo con el inicio de la extinción.
Aquellos mamíferos que tienen una mayor variabilidad en su historia vital, ecología y comportamiento son menos vulnerables frente a la extinción. Estas son las conclusiones de una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que ha sido portada del número de febrero de la revista Ecology Letters.
Un estudio, en el que ha participado el Museo Nacional de Ciencias Naturales, propone un sistema para evaluar la idoneidad de los proyectos de reintroducción cuya aplicación ayudaría a frenar la extinción de especies al mejorar o eliminar los proyectos inadecuados.
Según una investigación de la Universidad Pompeu Fabra, las lenguas catalana, vasca y gallega tienen peligro de no sobrevivir a los nuevos soportes tecnológicos.
Un artículo publicado en Nature, con participación española, alerta del posible cambio irreversible del estado planetario actual por causas de origen humano. Los dos problemas principales son el consumo de combustibles fósiles y la alta tasa de crecimiento de la población mundial.
Una investigación liderada por un biólogo español demuestra que, en menos de 50 años, el águila perdicera (Aquila fasciata) podría desaparecer en Italia, donde ya se encuentra ‘críticamente amenazada’. El expolio de los nidos de ejemplares jóvenes y la caza furtiva de los adultos comprometen la viabilidad a medio y largo plazo de esta ave rapaz.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publica un estudio que afirma la “extinción funcional” de Posidonia oceánica en el mar Mediterráneo a partir del 2050. La previsión de los investigadores se debe al calentamiento del agua superficial de las aguas.