Científicos españoles han descubierto en el yacimiento de Barranc de la Boella (Tarragona) una letrina con excrementos fosilizados de hienas del Pleistoceno. El análisis de estos restos permitirá conocer la alimentación de estos animales y cómo era el entorno en el que vivieron hace cerca de un millón de años. Además, los investigadores han encontrado otros restos de las primeras poblaciones humanas en Cataluña.
En la región de Afar, en Etiopía, un equipo internacional de científicos ha hallado los fósiles de mandíbula y dientes pertenecientes a una nueva especie de homínido –Australopithecus deyiremeda– que vivió hace entre 3,3 y 3,5 millones de años. El hallazgo demuestra que el nuevo homínido compartió territorio con Australopithecus afarensis, con el que también coincidió en el tiempo.Esto supone la primera evidencia de que más de una especie de homínidos convivió a la vez.
La serpiente primitiva probablemente era nocturna y depredadora silenciosa de vertebrados e invertebrados. Habitaba en los medios terrestres y contaba con una extremidad inferior formada por un par de patas con tobillos y pies con pequeños dedos. Así la describen científicos estadounidenses que han analizado 73 especies de serpientes y lagartos, vivos y extintos, para realizar un árbol genealógico completo que se remonta al primer antepasado de las serpientes.
Muy cerca de uno de los mayores saurópodos de Europa, en el yacimiento de Barrihonda-El Humero (Teruel), descansaban los restos fósiles de una pequeña tortuga, la primera de su grupo hallada en España. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis la han bautizado con un nombre que significa ‘a la sombra del gigante’.
Un equipo internacional de científicos retrasa en más de un millón de años la antigüedad de los huesos de Little Foot, el Australopithecus prometheus hallado en una cueva de Sudáfrica en 1994. Según los análisis minerales de las rocas del yacimiento publicados en Nature, el homínido vivió hace 3,67 millones de años, lo que sugiere que convivió con Lucy, la Australopithecus afarensis, uno de los ancestros del género Homo.
Fósiles hallados en los fondos marinos de la cuenca de Santa Bárbara en EEUU revelan por primera vez que el calentamiento climático producido durante la última desglaciación ha cambiado la diversidad animal del océano Pacífico. Los resultados del estudio publicado en PNAS sugieren que, en la actualidad, los efectos del aumento de temperaturas afectarán de la misma manera al ecosistema marino, que tarda mil años en recuperarse.
Hace unos 70 millones de años, los cocodrilos que habitaban en lo que hoy es el yacimiento de Lo Hueco en Cuenca comían presas de agua salada pero bebían agua dulce, y los saurópodos se alimentaban de árboles, arbustos y plantas con flores que abundaban en la zona. El estudio de los fósiles, que se publica en PLoS ONE, ha permitido reconstruir las condiciones climáticas, la dieta y el modo de vida de algunos animales durante el Cretácico superior.
Una recreación del Metoposaurus algarvensis / Joana Bruno
A través de los restos fósiles de Toxodon y Macrauchenia, extinguidos hace 10.000 años, un equipo científico ha leído la evolución de estos dos ungulados en sus proteínas antiguas de colágeno. El primero era un tapir y el segundo se parecía a un hipopótamo o un rinoceronte.