Un equipo científico ha logrado identificar los genes que permiten a los peces teleósteos marinos hidratar los huevos para que floten y se dispersen, y logren sobrevivir. Los mecanismos identificados aportan nuevos datos sobre la evolución de los teleósteos, grupo al que pertenece casi el total de los peces marinos actuales, cuyos antepasados se aventuraron a pasar del agua dulce al dominio salino.
Los investigadores de este estudio, que publica la revista PLoS ONE, creen que a este ritmo y si no existe un control, la entrada de plástico en los océanos podría acelerarse 2,6 veces de ahora a 2040.
Científica de exploración oceánica, divulgadora y emprendedora, la estadounidense Rachael Miller ha creado Cora Ball, un dispositivo que permite filtrar los microplásticos que desprende la ropa al ser lavada. En una visita a Barcelona, habló sobre el riesgo que supone el vertido de estos residuos en las aguas urbanas, que acaban yendo a parar al mar y son ingeridos por las especies que lo habitan.
Al pie de la cordillera de los Andes, científicos e ingenieros argentinos diseñan, fabrican, integran y testean la próxima generación de instrumentos de teleobservación que, desde su órbita, monitorearán los cultivos, mares, costas y emergencias ambientales de la región. Se consolida una nueva era espacial en América Latina impulsada por el deseo de su independencia tecnológica.
Polinizador del mar, así denomina al isópodo Idotea balthica un equipo internacional de científicos por su capacidad de fecundar al alga roja Gracilaria gracilis. Estos diminutos crustáceos transportan los espermatozoides del alga en su cuerpo y aumentan su fecundación.
Se ha subestimado la proporción de contaminación marina por petróleo causada por la actividad humana en todo el mundo. La mitad de los hidrocarburos en los océanos no proviene de fuentes naturales como se pensaba hasta ahora.
Un estudio en el que participa la Universidad de Vigo aborda por primera vez, a escala global, la relación entre pesca y acuicultura en un escenario de crisis climática.
Gracias a las muestras recogidas por la expedición Tara Oceans, un equipo internacional de científicos ha podido identificar miles de nuevos virus en el océano que permitirán arrojar luz sobre la vida en la Tierra y su evolución. Esta información es fundamental para la detección de pandemias y epidemias.
Aunque se ha detectado la presencia de microplásticos en todos los ecosistemas marinos, calcular la cantidad a la que se exponen grandes mamíferos como las ballenas, protagonistas del #Cienciaalobestia, no es tarea fácil. Un nuevo estudio ha estimado a través de sus heces el número de compuestos de los que se alimentan: 21 microfragmentos de plástico por cada seis gramos de excremento.
La covid-19 ha traído problemas que van más allá de la salud humana. Con la necesidad del uso de equipos de protección, test y embalajes de compras online, se ha producido un aumento de la demanda de plásticos de un solo uso, que ha intensificado la presión sobre un problema de residuos mundial ya descontrolado.