Fueron el linaje dominante durante 165 millones de años en el planeta Tierra y aún despiertan una fascinación especial en el imaginario colectivo. Los dinosaurios, definidos como 'lagartos terribles' por Sir Richard Owen, en 1842, son los terroríficos gigantes del mesozoico que evocan un mundo agresivo, donde las especies luchan por sobrevivir en un planeta cambiante. Hace 65 millones de años que desaparecieron, pero todavía hay muchas incógnitas por descubrir. El profesor del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona Gustavo A. Llorente ―coordinador del curso "Los dinosaurios y su entorno" (Els Juliols 2011), junto con Silvia Pineda, del Instituto Catalán de Paleontología― responde a preguntas sobre conceptos clave del conocimiento actual referentes a la biología y a la evolución de los grandes saurios.
El águila calzada (Aquila pennata) es sedentaria en las islas y migratoria en la Península Ibérica.
Un equipo internacional de científicos, liderado por investigadores españoles, ha comparado las pautas migratorias de 563 especies de aves continentales e insulares de todo el mundo. Los resultados, que se publican en el último número de la revista PLoS ONE, demuestran que las aves de gran tamaño que llegan a la madurez sexual son sedentarias en las islas. Sin embargo, sus congéneres en el continente presentan comportamientos migratorios.
El estudio se ha realizado con pinzones bengalíes (Lonchura striata var. Domestica).
Las variedades de aves que han logrado adaptarse a los entornos urbanos poseen un cerebro más grande respecto a sus cuerpos que las que viven fuera de las ciudades. Así lo revela un estudio publicado en Biology Letters, que demuestra que las áreas urbanizadas podrían mermar la biodiversidad de la avifauna.
El encinar es uno de los bosques más representativos de la Península Ibérica y da refugio a especies amenazadas, como el águila imperial ibérica y el lince ibérico. A pesar de su importancia, este ecosistema se está convirtiendo cada vez más en un hábitat modificado por el ser humano, hasta el punto de que en ocasiones ya no se considera a los encinares ‘bosques’ como tal.
La falta de depredadores favorece las aptitudes innovadoras de las aves de ciudad y, en definitiva, la tendencia a comportarse de manera más inteligente que las de otros ambientes. Es la conclusión de un estudio que da nuevas pistas para entender el éxito que muchas especies invasoras tienen en nuestras urbes.
Los datos de distribución de aves nidificantes en Cataluña muestran que los indicadores de cambio climático pueden estar más influenciados por el tipo de usos del suelo que por el propio cambio climático, según un estudio del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña.