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Un estudio en hembras de ratón muestra que la gestación induce una reorganización de los circuitos neuronales relacionados con la motivación y el deseo que impulsan a comer productos dulces y calóricos. Estos caprichos muy recurrentes y en exceso pueden deteriorar la salud metabólica, cognitiva y psicológica de la descendencia. Se desconoce aún si estos resultados son extrapolables a los humanos.
El gen GPR126 es clave para la correcta formación de la placenta en ratones. Además, puede desempeñar un papel similar en el desarrollo de este órgano transitorio en humanos, ya que se ha observado que los hijos de las mujeres portadoras de mutaciones en GPR126 fallecían durante su gestación o al poco de nacer.
Juan Carlos Izpisúa ha vuelto a hacerlo. Como ya avanzó en 2019, su equipo ha inyectado células madre de personas en embriones de primates para desarrollar nuevos modelos de enfermedades humanas y generar órganos trasplantables. Este ambicioso experimento no solo plantea problemas biológicos, sino también éticos.
Dos estudios publicados en la revista Nature muestran la generación in vitro de ‘estructuras similares’ a embriones en estadio de blastocisto, es decir, cuando han cumplido 5 o 6 días de desarrollo tras la fecundación. Los trabajos pueden ayudar a la comprensión de los defectos del desarrollo temprano y en el desarrollo de nuevas terapias de reproducción asistida, pero todavía cuentan con grandes limitaciones.
Los embriones recién formados optimizan su supervivencia al destruir las células defectuosas. Así concluye un reciente trabajo, publicado en Nature, que puede impulsar nuevos estudios clínicos para tratar la infertilidad o los abortos espontáneos.
Científicos de Suiza han utilizado organoides –órganos en miniatura cultivados en el laboratorio– para reproducir las primeras etapas del desarrollo del corazón. Este modelo pionero, publicado en Cell Stem Cell, podría usarse en el futuro para detectar los factores que intervienen en las enfermedades cardíacas congénitas.
Los embriones de humanos y ratones no crecen al mismo ritmo debido a la tasa de producción y eliminación de las proteínas celulares, más rápidas en el caso de las células de ratón. Este hallazgo, publicado en la revista Science, podría ayudar a comprender la evolución de los mamíferos y mejorar los métodos de la medicina regenerativa.
La revista Nature ha publicado esta semana un pionero modelo de desarrollo humano temprano nunca antes observado debido a las restricciones éticas en el uso de embriones en investigación. Dicho modelo, que utiliza células madre humanas, tiene un enorme potencial para entender las causas de los defectos de nacimiento y mejorar el estudio de enfermedades.
Investigadores del CNIC han descubierto un sistema que proporciona información a las células del embrión sobre la posición que ocupan en los órganos en desarrollo. El trabajo muestra cómo un mal funcionamiento de dicho sistema conduce a anomalías congénitas y podría explicar, en parte, el efecto de la talidomida.
Científicos españoles y británicos han logrado inyectar diminutos sensores, más finos que un coronavirus y con una forma que recuerda a los paneles solares de la estación espacial internacional, dentro de óvulos vivos. La manera en que se doblan estos chips permite medir las fuerzas que se generan desde que entra el espermatozoide hasta que el embrión se divide en dos células.