No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.
La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.
Selecciona el tuyo:
Licencia Creative Commons 4.0
No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.
La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.
Selecciona el tuyo:
Estos centros pueden ser entornos estresantes para los canes, protagonistas del #Cienciaalobestia. Para comprobar cómo de angustiante puede ser su estancia en estos lugares, un equipo de científicos de Países Bajos ha medido los niveles de la hormona cortisol presentes en el pelo de estos animales antes, durante y después de su paso por la perrera.
Una ruptura, la muerte de un ser querido o un disgusto grave. Estos son algunos de los desencadenantes de este trastorno que se manifiesta como un infarto, pero sin que exista una arteria obstruida. Las cifras están aumentando de forma importante, especialmente en las mujeres mayores de 50 años, incluso antes del inicio de la crisis de la covid-19.
Los estudios en personas con este grave problema de salud pública muestran que las limitaciones para controlar la infección por coronavirus han mermado su estado de salud. Los expertos afirman que para mejorar su calidad de vida es necesario un abordaje integral, con ejercicio físico y terapia psicológica, no solo fármacos.
Tras varias décadas de estudio en poblaciones de babuinos salvajes, un equipo de científicos demuestra por primera vez que el estrés crónico es un factor que afecta a su supervivencia, unos resultados que en parte pueden extrapolarse a humanos. En concreto la vida de las hembras, protagonistas del #Cienciaalobestia, se puede acortar en un 25 % debido a la tensión psicosocial sufrida de manera continuada.
Un estudio en ratones confirma que las hormonas del estrés suprimen el crecimiento del cabello a través de la regulación de las células madre del folículo piloso. Los resultados apuntan cómo se podría revertir este mecanismo.
Una encuesta realizada a más de 500 profesionales de la salud, los cuerpos de seguridad, el sector de la alimentación y los medios de comunicación muestra cómo les ha afectado psicológicamente trabajar durante la primera ola de la pandemia.
La pandemia está provocando riesgos psicosociales laborales que podrían afectar gravemente el bienestar y salud de numerosos profesionales, como los trabajadores de residencias de mayores. Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid llaman la atención sobre la necesidad de identificar y prevenir estos peligros.
Fueron llamados ‘héroes sin capa’ durante los peores momentos de la pandemia de COVID-19. A las patologías físicas de aquellos contagiados por el virus, se une una salud mental deteriorada. Una revisión de artículos, publicada en el Journal of Affective Disorders, analiza su efecto y qué pasaría ante una segunda oleada de la enfermedad.
Un nuevo estudio demuestra que la cadena de transporte de electrones mitocondrial ajusta su eficiencia energética para adaptarse a las necesidades del organismo, como las producidas por un ejercicio físico intenso. Así, la proteína SCAF1 actúa como un factor regulador que permite a la mitocondria adaptarse a la fuente nutricional disponible de azúcares, grasas o proteínas.
A principios de 2020, los síntomas de depresión y ansiedad y el miedo a sufrir agresiones en el trabajo empeoraron entre los médicos residentes en Shanghái, una de las primeras urbes en hacer frente al coronavirus. “Necesitamos priorizar el bienestar de los trabajadores de la salud, no solo por ellos, sino también por los pacientes que los necesitarán en los próximos meses”, reclama el investigador principal.