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Al igual que una araña hembra devora al macho tras el apareamiento, los vientos de un nuevo pulsar están vaporizando a una estrella compañera, mientras se orbitan mutuamente cada 62 minutos. Además, una tercera estrella gira alrededor de este extraño sistema, que se puede haber originado cerca del centro de nuestra galaxia. Investigadores del MIT y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han participado en el descubrimiento.
Astrónomos australianos han localizado en nuestro vecindario galáctico lo que podría ser el primer magnetar de periodo ultralargo, un tipo de pulsar que expulsa gigantescas ráfagas de energía a un ritmo de tres veces por hora. También existe la posibilidad de que sea una enana blanca con un campo magnético ultrapotente, en cualquier caso un tipo de objeto nunca visto.
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) han logrado medir una colosal erupción producida por un magnetar, tan potente que en menos de un segundo liberó tanta energía como la del Sol en 100.000 años. El trabajo permitirá comprender mejor como se generan estas llamaradas magnéticas gigantes.
Los detectores Virgo en Europa y LIGO en Estados Unidos han registrado por primera vez ondas gravitacionales generadas por el llamado ‘sistema binario perdido’: una combinación de estrella de neutrones y agujero negro. Los dos eventos observados se denominan GW200105 y GW200115 por las fechas en las que se detectaron: 5 y 15 de enero de 2020.
Desde que se descubrieron en 2007, los astrofísicos buscan la fuente de unas potentes explosiones de radio cósmicas llamadas FRB que duran tan solo unos milisegundos. Ahora tres estudios independientes confirman que una señal de este tipo observada dentro de la Vía Láctea procede del magnetar SGR 1935 + 2154, una estrella de neutrones con un potentísimo campo magnético situada a 30.000 años luz.
Los detectores Virgo y LIGO de ondas gravitacionales registraron 39 eventos entre abril y octubre de 2019. Estas numerosas observaciones se corresponden con colisiones de agujeros negros o estrellas de neutrones y abren la puerta a nuevos estudios sobre poblaciones de objetos astrofísicos y de física fundamental.
Tiene unas 2,6 veces la masa del Sol, lo que lo sitúa en el 'hueco' que hay entre las estrellas de neutrones más masivas y los agujeros negros más ligeros. Sea lo que sea, este enigmático objeto se fusionó hace 800 millones de años con un agujero negro, emitiendo una potente onda gravitacional que han detectado los observatorios Virgo en Europa y LIGO en Estados Unidos.
Las colaboraciones científicas LIGO y Virgo han anunciado que el detector de Livingston (EE UU) ha registrado ondas gravitacionales procedentes muy posiblemente de la fusión de dos estrellas de neutrones. La masa del sistema binario que causó este evento, denominado GW190425, es unas 3,4 veces mayor que la del Sol, una cantidad superior a la esperada.
El 26 de abril de 2019 los detectores LIGO (EE UU) y Virgo (Italia) registraron la que podría ser la primera señal observada hasta ahora de ondas gravitacionales procedentes de la colisión de un agujero negro y una estrella de neutrones. Si se confirma, sería un acontecimiento largamente esperado por los astrofísicos.
El radiotelescopio canadiense CHIME ha detectado la segunda ráfaga de radio rápida y periódica encontrada hasta ahora en el universo. La mayoría de los astrónomos considera que estas misteriosas señales las producen fenómenos astrofísicos muy potentes a miles de millones de años luz de distancia, pero hay una minoría que no descarta una fuente tecnológica extraterrestre.