Aún quedan muchas preguntas sin responder sobre el surgimiento de las especies. La teoría clásica postula su aparición de forma gradual y localizada. Sin embargo, el registro fósil no confirma esta hipótesis. Una investigadora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) propone un nuevo modelo que muchos han calificado de “revolucionario”.
El cráneo es una fuente de información básica en estudios genéticos y evolutivos de la especie humana. Desde inicios del s. XX, la antropología estudia con interés cómo actúa la evolución sobre la variación genética de las características morfológicas del cráneo, medida a través del heredabilidad. Descifrar la arquitectura genética del cráneo humano y contribuir a reconstruir el árbol evolutivo de los homínidos es el objetivo del trabajo publicado en el Journal of Anatomy y titulado "Heritability of human cranial dimensions: comparing the evolvability of different cranial regions" (Dimendiones herediatrias del cráneo humano: una comparación evolutiva de diferentes cráneos).
Analizan la evolución del sector eléctrico español
1835: El barco HMS Beagle de Charles Darwin ancla en el archipiélago de Chonos
Un equipo de investigadores de la Facultad de Biología de la Universidad de Santiago (USC) está estudiando el sistema nervioso central de los tiburones. La finalidad es avanzar en el conocimiento de la evolución del cerebro en vertebrados a través de la búsqueda de genes comunes que regulan su desarrollo.
Un trabajo, con participación de una investigadora del Museo Nacional de Ciencia Naturales (MNCN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha desvelado que los neandertales cazaban mamíferos marinos. Los resultados de la investigación, realizada desde 1995 en yacimientos del peñón de Gibraltar, evidencian que los neandertales tenían una estrategia de supervivencia más compleja y superior de lo que, hasta el momento, postulaba la comunidad científica.
Una rana de la especie Cochranella spiculata.
Las células madre son extremadamente versátiles: pueden desarrollarse de 220 maneras diferentes, transformándose en un tipo de células corporales especializado. Ahora, el desarrollo de estas células puede observarse e investigarse sistemáticamente con la ayuda de dos nuevos aparatos que imitan las condiciones que existen en el cuerpo humano con gran exactitud.