Un estudio liderado por investigadores de Barcelona revela que existen personas que no sienten nada al escuchar el Nessun Dorma y, sin embargo, sí liberan dopamina, la ‘hormona de la felicidad’, ante la posibilidad de ganar dinero. El trabajo sugiere que la relación entre la música y el placer se establece por vías diferenciadas.
Comer es un placer para la mayoría de la gente, pero, ¿cómo y por qué se convierte la comida en un trastorno? Esto es lo que está estudiando Palmiero Monteleone, investigador de la Universidad de Salerno, en Italia. Este profesor de psiquiatría visitó el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) para explicar sus trabajos sobre la regulación de los comportamientos de alimentación, los sistemas de recompensa endógenos y la relación entre ambos.
Salvo casos aislados, todo el mundo disfruta al oír música. Ahora, un grupo internacional de investigadores ha dado un paso más allá y ha descubierto que una parte del cerebro, el núcleo accumbens, podría ser la responsable de la sensación de placer que los humanos experimentan cuando escuchan alguna melodía por primera vez.
Doce elefantes asiáticos cooperaron entre sí para recibir una recompensa en forma de comida.