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En la selva tropical en la frontera entre Perú y Brasil, un grupo internacional de científicos halló cuatro molares fosilizados pertenecientes a monos que hace 35 millones de años habrían viajado por mar de África a América del Sur para luego comenzar a colonizar este subcontinente.
Una novedosa técnica de análisis morfométrico geométrico 3D ha permitido cuantificar la ‘señal filogenética’ que encierra el laberinto óseo del oído interno de monos, simios y humanos. El estudio de esta estructura ósea ayuda así a reconstruir las relaciones filogenéticas entre primates.
Cuando Biruté Galdikas llegó para instalarse en las selvas de Indonesia, hace casi 50 años, apenas había información sobre Borneo y menos aún sobre sus habitantes más solitarios: los orangutanes. Hoy es la mayor experta mundial en su comportamiento y continúa, a sus 73 años, estudiando y defendiendo sobre el terreno la conservación de esta especie en peligro de extinción.
Un nuevo estudio de la Universidad de Kyoto ha examinado la esperanza de vida de los chimpancés en cautiverio, protagonistas esta semana del #Cienciaalobestia, y confirma que la media es de 40 años. Sin embargo, estas cifran varían si se tiene en cuenta que muchos de estos animales fallecen antes de llegar a su primer cumpleaños o a la edad adulta.
Un vídeo grabado por investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania muestra cómo se comportan tres tipos de grandes simios en estado salvaje ante una cámara. Para su sorpresa, las reacciones han sido muy diferentes entre especies. Las imágenes forman parte de un estudio para entender si la conducta de estos animales cambia al introducir elementos desconocidos en su entorno natural.
Un equipo internacional de investigadores ha conseguido secuenciar el ensamblaje de genomas más completo hasta ahora, sin necesidad de utilizar ‘rellenos’ humanos, como en los intentos anteriores. El resultado es una secuenciación que aporta una visión más clara de las diferencias genéticas que surgieron cuando los humanos divergieron de otros primates.
Hace medio siglo, una nave espacial se precipitaba a las pantallas y daba inicio a una de las sagas más prolíficas de la cultura de masas. Su abrupto naufragio desencadenó una narrativa de supervivencia a cargo de humanos empeñados en salvar a su especie de los desaguisados causados por tecnologías salidas de madre. Desde entonces, sus peripecias con los simios inteligentes escenifican temores, desde el miedo al holocausto nuclear al recelo en la ingeniería genética, pasando por el racismo, el animalismo y el supremacismo xenófobo.
El documental Jane, estrenado por National Geographic el domingo 18 de marzo, vuelve a revisar la figura de una primatóloga única, un referente: Jane Goodall. La cinta nos acerca al lado más humano de la zoóloga británica, a los primeros pasos de la primatología y a las primeras investigaciones sobre el comportamiento de los chimpancés. Pocos científicos llegan a atraer tanto al gran público. ¿Por qué ella sí? ¿Cómo lo consigue?
Hasta ahora se pensaba que los agresivos chimpancés y los pacíficos bonobos no se habían cruzado debido a la separación del río Congo. Un nuevo estudio genómico rompe el dogma y demuestra por primera vez que sí existió flujo genético entre estas dos especies del mismo género, como lo hubo entre humanos y neandertales. Los resultados servirán en la lucha contra el tráfico ilegal de especies.
El gorila oriental, el gorila occidental, el orangután de Borneo y el orangután de Sumatra se encuentran a un paso de la extinción, mientras que el chimpancé y el bonobo también corren grave peligro, según la actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN publicada ayer en el Congreso Mundial de la Naturaleza que se celebra en Hawái. El gorila oriental, que es una de las especies más cercanas al ser humano, está en estado crítico por la caza ilegal.