Esta semana se lanza la misión LISA Pathfinder de la Agencia Espacial Europea, cuyo objetivo es probar las tecnologías que se usarán en el futuro para detectar ondas gravitatorias, unas ondulaciones del espacio-tiempo predichas por la teoría de la relatividad de Einstein. El Instituto de Ciencias del Espacio y otros centros de investigación y empresas españoles participan en el proyecto. El despegue estaba previsto para este miércoles, pero se va a retrasar por problemas técnicos con el lanzador Vega.
Con los datos ultraprecisos de los satélites CoRot y Kepler, investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía y la Universidad de Granada han aportado dos ejemplos que ponen en duda el uso de una herramienta que se emplea en casi todos los estudios de oscilaciones estelares. El trabajo, que implica una revisión del método y pone en tela de juicio resultados anteriores, podría extrapolarse a otras áreas científicas que emplean herramientas similares.
Pequeños cuerpos o planetesimales pudieron interactuar gravitacionalmente con el sistema Tierra-Luna poco después de su formación, y desviar la órbita lunar. / Laetitia Lalila
El observatorio internacional BOOTES de telescopios robóticos, liderado desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía, acaba de completar en México su cobertura del cielo en el hemisferio Norte con la incorporación de su quinto miembro: el Telescopio Javier Gorosabel. Sus observaciones ayudarán a estudiar los estallidos de rayos gamma y seguir las fuentes de alta energía de forma simultánea con satélites espaciales.
Hasta ahora se conocía un microcuásar, una fuente astronómica ultraluminosa, cuyo chorro de materia es emitido a velocidades próximas a la de la luz. Es lo que se denomina un jet relativista. Pero el Gran Telescopio Canarias ha observado otro objeto de este tipo tan raro: el microcuásar M81 ULS-1, localizado en una galaxia espiral cercana a la Vía Láctea. Podría tratarse de un agujero negro 'superacretante', según los científicos chinos que lo han analizado.
El ángulo de 5º que presenta hoy la órbita lunar respecto al plano orbital de la Tierra podría ser fruto de la acción gravitatoria que, en el pasado, ejercieron pequeños cuerpos planetarios de su entorno. Así lo indican las simulaciones de dos astrónomos, que ofrecen una posible solución a este problema irresuelto. La inclinación hace que veamos eclipses lunares cada seis meses, en lugar de uno al mes.
Imagen captada a partir de la observación con ópticas adaptativas en la que se aprecian señales (coloreadas) dentro del interior del disco (en escala de grises) que rodea a la estrela LkCa 15. / Stephanie Sallum
FOTOGALERÍA. El 29 de enero de 1931 Einstein visitó por primera vez el Observatorio del Monte Wilson. En esta fotografía se le ve con Charles St. John examinando imágenes en la Torre Solar, cuyo registro espectroheliógrafico se reproduce en la parte superior. / American Institute of Physics. (9/12)
FOTOGALERÍA. Un equipo internacional de astronómos observó el eclipse solar del 21 de septiembre 1922, usando intrumentos como esta ‘cámara Einstein’ en Wollal, Australia Occidental, para confirmar los valores de desviación de la luz predichos por la relatividad general./ American Institute of Physics. (7/12)