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El grupo de investigación ‘Mundialización e identidad’, de la Universidad de Huelva, estudia entre otros temas el pluralismo religioso y la diversidad cultural en un mundo globalizado. A raíz de la muerte de Osama Bin Laden, SINC pregunta a Sol Tarrés, investigadora del grupo, sobre los ritos y las tradiciones funerarias del islam.
¿La inmersión en el mar de un cuerpo sin vida está contemplada en la tradición religiosa de los musulmanes?
El islam es una religión posibilista, es decir, cualquier prescripción va a acompañada por “si es posible”. En consecuencia, si el cuerpo ha caído al mar y no se encuentra, si hay riesgo de enfermedad para los vivos o si no se puede conservar el cadáver hasta el enterramiento en suelo, existe la posibilidad legítima de que el mar se convierta en la tumba del fallecido. Las creencias asociadas a la tumba en este caso se extienden al mar como tumba espiritual.
Sin embargo, entiendo que cuando los musulmanes dicen que la inmersión del cuerpo de Bin Laden en el mar no se ajusta a las prescripciones religiosas, se refieren a que, frente a la posibilidad real de haberlo enterrado en tierra, los dirigentes norteamericanos han optado por sumergirlo en el mar. Esto contradice la prescripción musulmana de enterrar a sus muertos en suelo siempre que sea posible.
¿Cuál es la percepción de la muerte en el islam?
El islam es una religión trascendente. Al igual que ocurre en las demás religiones reveladas, como el judaísmo y el cristianismo, en el islam la muerte es un paso hacia la vida eterna, para lo que el creyente debe prepararse.
En relación a este tema hay mucha literatura periodística sobre los yihadistas suicidas a la hora de justificar sus acciones. Muchas veces se confunden términos: una cosa es la idea de la muerte desde el punto de vista religioso, y otra es el uso de dicho concepto para justificar determinadas acciones. Para los musulmanes creyentes, la muerte es, igual que en otras religiones, un paso hacia la vida eterna –que es diferente para cada religión–.
¿Hay diferencias en los rituales funerarios islámicos de distintos países?
La base práctica es común para todos los musulmanes que quieren ser enterrados según su religión, aunque luego, en cada país, región o incluso en cada tradición se añaden unas cosas u otras. Por ejemplo, en algunos lugares el cortejo fúnebre va acompañado de plañideras mientras que en otros territorios esta práctica está muy mal vista. Depende de las tradiciones locales.
¿Cuáles son los rituales propios de esta tradición religiosa?
De una forma muy esquemática, consisten en asistir al moribundo, siempre que ello sea posible, ayudándole a que tenga una buena muerte. Una vez producido el deceso, lo ideal es enterrarlo en las primeras 24 horas.
Para ello se debe seguir el siguiente procedimiento: lavar el cuerpo completamente (según las tradiciones de cada lugar se perfumará con determinados productos naturales) y realizar la ablución mayor con él. A continuación se le envuelve en un sudario (tela blanca sin costuras, similar a la que se utiliza para hacer la peregrinación a la Meca) y, sin volver a tocar la carne del fallecido, se entierra directamente en tierra, sin ataúd y orientado hacia la Meca.
El procedimiento de lavado y purificación debe hacerlo una persona musulmana del mismo sexo que el fallecido, y del enterramiento propiamente dicho se encargan los hombres. Una vez enterrado en el cementerio hay una serie de días clave en los que se visita la tumba: el tercero, el noveno y a los 40 días. Esto es lo habitual y común en todos los países.
En el caso de España, ¿cómo se actúa ante el fallecimiento de una persona de religión islámica?
La situación es muy compleja ya que en cada comunidad autónoma encontramos situaciones dispares. La parte del ritual referente al lavado y amortajamiento del cuerpo es similar en todas las comunidades autónomas, las diferencias residen en la posibilidad de enterramiento o de repatriación del cuerpo en el caso de los inmigrantes.
El origen de la persona es un elemento muy importante ya que cuando el fallecido es hispanomusulmán, su familia, lógicamente, desea que sea enterrado en España; mientras que si es inmigrante las familias suelen optar por la repatriación de los cuerpos –salvo que el fallecido haya dispuesto otra cosa–, y cuando el cuerpo llega al país de destino, se continúa el ritual allá. En el caso de los bebés o de las muertes prematuras, lo habitual es que sea enterrado en España.
¿Y se respetan los ritos?
Hay que decir en los últimos 15 años ha habido una evolución muy significativa. Se ha pasado del desconocimiento en lugares donde la presencia de musulmanes está ligada a la inmigración, y el aprendizaje del ritual donde los musulmanes son españoles de origen, hasta la situación actual, en la que hay funerarias que ofertan servicios específicos a los musulmanes e incluso, en el caso de Barcelona, existe un tanatorio para musulmanes.
En España, en la actualidad, el proceso de lavado y purificación de los cuerpos de los fallecidos puede llevarse a cabo en el hospital, en el tanatorio o en los espacios que algunos cementerios musulmanes han habilitado a tal fin.
En este sentido, en el cementerio islámico la Rauda (Granada), existe un espacio dispuesto para proceder al lavado ritual y purificación, dentro del cementerio, y desde él se conduce directamente al fallecido hasta la tumba ya preparada.
En este momento el número de cementerios musulmanes es limitado y hay grandes diferencias entre comunidades autónomas. Andalucía es una de las regiones con mayor número de espacios confesionales de este tipo, en total diez entre públicos y privados. Además, en esta comunidad la legislación permite el enterramiento directamente en suelo, sin ataúd.
El artículo 2.5 de la Ley 26/1992 de 10 de noviembre del Estado español regula la situación de los cementerios musulmanes en España.
Referencia bibliográfica:
Tarrés, Sol. “Ritos funerarios en el islam: La praxis entre los musulmanes de Sevilla”. Zainak, 28: 423-440, 2006.